El abomaso desplazado en el ganado ocurre cuando el abomaso, también conocido como el estómago verdadero, que generalmente se encuentra en el piso del abdomen, se llena de gas y sube a la parte superior del abdomen, donde se dice que está "desplazado". Cuando el abomaso se mueve de su posición normal, impide el paso natural de gas y alimento a través del sistema digestivo, creando una restricción. Como el ganado es rumiante, que tiene un estómago de 4 cámaras compuesto por un rumen , retículo , omaso y abomaso . Los rumiantes requieren de este sistema digestivo especializado para procesar y descomponer adecuadamente sus dietas ricas en fibra y celulosa . Como este tipo de sistema digestivo es bastante complejo, tiene un mayor riesgo de incidencia. Debido a la anatomía natural del ganado, es más común que el abomaso se desplace hacia la izquierda, conocido como abomaso desplazado a la izquierda, que hacia la derecha, abomaso desplazado a la derecha. Cuando el abomaso se desplaza, también existe la posibilidad de que se desarrolle un vólvulo abomasal, una torsión. Un vólvulo abomasal ocurre cuando el abomaso, que ya está fuera de lugar, gira y corta el suministro de sangre y nutrientes al abomaso. El ganado que desarrolla una torsión abomasal requiere atención veterinaria inmediata para recuperar el suministro de sangre y el paso de alimentos a través del sistema digestivo o el abomaso comenzará a cerrarse debido a la falta de suministro de sangre y al desarrollo de toxicidad.
Los signos comunes que pueden notarse tempranamente en el ganado con un abomaso desplazado incluyen:
Dependiendo de la gravedad del caso, el ganado puede presentar todos los síntomas externos enumerados anteriormente o sólo algunos. Algunos animales con un abomaso ligeramente desplazado seguirán teniendo un comportamiento normal hasta que los síntomas/complicaciones aumenten. Además, en casos graves, debido al estrés, algunos parámetros, como los de estrés oxidativo, aumentan, lo que podría ser un buen indicador para el diagnóstico. [1]
La causa más probable del desplazamiento del abomaso está relacionada con el proceso de parto y se observa con mayor frecuencia dentro de los 14 días posteriores al parto. Durante la gestación, debido al tamaño del ternero que crece dentro del útero, el abomaso se desplaza de su posición original y, después del parto, el abomaso debe volver a su posición normal, por lo que este movimiento aumenta el riesgo de un mayor desplazamiento. Existen otras condiciones metabólicas que se sabe que contribuyen al desarrollo de un desplazamiento del abomaso y, en muchos casos, se ha descubierto que este problema se produce en vacas de alta producción, vacas mayores y vacas sometidas a otros factores de estrés.
Como hay una variedad de factores que afectan la probabilidad de que el ganado desarrolle un abomaso desplazado, se han puesto en marcha recomendaciones veterinarias dentro de la industria para tratar de reducir la prevalencia de su aparición. Asegurarse de que el ganado consuma una dieta adecuada y constante que contenga una gran cantidad de forraje después del parto es esencial para proporcionar un llenado y funcionamiento adecuados del rumen. Mantener una dieta constante con pocos cambios durante la lactancia tardía anterior y el parto temprano. A través de la prevención de otras enfermedades metabólicas comunes como la hipocalcemia, la cetosis, etc., se reducirá a su vez el riesgo general de que se desarrolle un abomaso desplazado, ya que se ha demostrado que la reducción del estrés general en un animal reduce la incidencia de la aparición de todos los problemas relacionados con la salud.
El tratamiento es necesario para la supervivencia del animal, en el que un veterinario evaluará la gravedad de la situación y decidirá cuál es el mejor método de tratamiento. Independientemente del método de tratamiento utilizado, el objetivo final es devolver el abomaso a su ubicación original para que recupere su funcionamiento adecuado.
Existen dos métodos comunes para reparar un abomaso desplazado:
Cirugía: un método mucho más invasivo, costoso y en muchos casos innecesario, en el que el veterinario abre el abdomen de la vaca para investigar el problema, donde reposiciona el abomaso y coloca puntos para mantenerlo en la ubicación deseada y evitar que vuelva a aparecer. Aunque este método es más invasivo, se sabe que tiene un menor riesgo de recurrencia que la opción no quirúrgica.
Toggling – El toggling junto con las técnicas adecuadas de giro se conoce como el método no quirúrgico para tratar un abomaso desplazado. En este método, el veterinario hará que la vaca se tumbe en un lugar donde pueda girarse hasta que el abomaso regrese a su ubicación original y, en ese momento, se inserta un toggle en el abdomen para fijar el abomaso en su lugar mediante puntos de sutura. La inserción de un toggle además del giro ha demostrado una reducción significativa en la recaída del abomaso. Aunque este método es menos invasivo, requiere una capacitación y una configuración adecuadas para llevar a cabo este procedimiento en la granja, ya que requiere más espacio que la cirugía.