"Sí, y ...", también conocido como "Sí, y ..." , es una regla empírica en la comedia improvisada que sugiere que un improvisador debe aceptar lo que otro improvisador ha dicho ("sí") y luego expandir esa línea de pensamiento ("y"). [1] [2] [3] El principio no prohíbe los desacuerdos entre los personajes de los improvisadores, pero establece que uno no debe rechazar las premisas básicas introducidas por la otra persona, ya que esto los confundiría y dañaría el flujo de la escena. [1]
El principio también se utiliza en empresas y otras organizaciones para mejorar la eficacia del proceso de lluvia de ideas , fomenta la comunicación eficaz y alienta el libre intercambio de ideas. [4]
La regla "Sí, y ..." se complementa con la técnica "No, pero...", que sirve para refinar y desafiar ideas de manera constructiva.
A pesar de la popularidad que ha adquirido en los últimos años el eslogan "Yes, and ..." como una especie de lema entre muchos intérpretes, no hay un consenso universal sobre su autenticidad y valor. Gary Schwartz sostiene que va en contra de los principios más básicos de la improvisación. Schwartz afirma que nunca ha oído a Viola Spolin proponer nada parecido y que, de hecho, se habría opuesto categóricamente a ello. Sostiene que el eslogan "pasa por alto el sentido de la relación total necesaria en el teatro improvisado". Para Schwartz, interfiere sustancialmente con la experiencia de flujo natural del grupo y, en general, reduce el proyecto de improvisación a un "intercambio de información" y un entretenimiento rápido, dirigido por los intérpretes más ingeniosos, lo que da como resultado un trabajo "poco inspirado, 'parlanchín' y no muy teatral". Según Schwartz, la fórmula de Spolin contrasta completamente con la intelectualización y la planificación urgente que implica "Yes, and ...": "al compartir una conexión profunda no intelectual donde la mente y el cuerpo trabajan armoniosamente como en un juego, aparecen la espontaneidad y la verdadera improvisación". Aconseja sustituir "Sí, y ..." por un mantra más elemental utilizado frecuentemente por Spolin: "¡Sigue al seguidor!" [5]
La parte "Sí" de la regla fomenta la aceptación de las contribuciones agregadas por los demás. Se anima a los participantes en una improvisación a aceptar una propuesta, lo que fomenta un sentido de cooperación [2] en lugar de rechazar la sugerencia y terminar efectivamente la línea de comunicación.
En un contexto organizacional, decir "Sí" en teoría alienta a las personas a escuchar y ser receptivas a las ideas de los demás. En lugar de juzgar la idea de inmediato, ya que el juicio tiene su lugar más adelante en el proceso de desarrollo, uno debería aceptar la idea inicialmente, lo que permite que la discusión se amplíe sobre la idea sin limitaciones. [4] El siguiente paso en el proceso es agregar nueva información a la narrativa. El concepto de "y" es para evitar cambiar directamente el material sugerido y "y" para desarrollarlo. [2] Además, y a menudo se pasa por alto, el "Y" fomenta la autoconciencia, la confianza y las habilidades expresivas que son necesarias para establecer límites, pedir ayuda, dar retroalimentación, delegar e incluso la capacidad de decir "No". [6]