Incidente del Trent

Estados Unidos puso fin al incidente liberando a los enviados.

La reacción pública en Estados Unidos fue celebrar la captura y unirse contra los británicos, amenazando con la guerra.

En los estados confederados, se esperaba que el incidente condujera a una ruptura permanente de las relaciones angloestadounidenses y posiblemente incluso a la guerra, o al menos al reconocimiento diplomático por parte del Reino Unido.

El presidente Abraham Lincoln y sus principales asesores no querían arriesgarse a una guerra contra el Reino Unido por esta cuestión.

Tras varias semanas de tensión, la crisis se resolvió cuando el gobierno de Lincoln liberó a los enviados y desautorizó las acciones del capitán Wilkes, aunque sin una disculpa formal.

El San Jacinto (derecha) deteniendo al Trent