La comodalidad es una noción introducida por la Comisión Europea en 2006 en el ámbito de la política de transportes para definir un enfoque de la globalidad de los modos de transporte y de sus combinaciones.
Para la Comisión Europea, la comodalidad se refiere a un «uso de diferentes modos individualmente o en combinación» con el objetivo de obtener «una utilización óptima y sostenible de los recursos».
Esta noción introduce un nuevo enfoque en la política europea de transportes en el que no se busca, como en el Libro Blanco de 2001 , oponer los modos de transporte entre sí, es decir, oponer las carreteras a sus alternativas, sino más bien encontrar un óptimo que explote los dominios de relevancia de los diferentes modos de transporte y de sus combinaciones.
La transición del apoyo a la intermodalidad y la multimodalidad, tal como se expone en el Libro Blanco de 2001, a la noción de comodalidad ha sido vista por muchos observadores del sector del transporte como una señal del abandono de una política orientada al desarrollo de alternativas al modo carretera .