La neumonitis química es una inflamación del pulmón causada por la aspiración o inhalación de sustancias irritantes. [1] A veces se la denomina " neumonía química ", aunque no es infecciosa. Existen dos tipos generales de neumonitis química: aguda y crónica.
Los irritantes capaces de causar neumonitis química incluyen vómitos , [2] bario usado en imágenes gastrointestinales, gas cloro (entre otros agentes pulmonares ), [2] gasolina ingerida [2] u otros destilados de petróleo , pesticidas ingeridos o absorbidos por la piel , [2] gases de galvanoplastia , [2] humo [2] y otros. También puede ser causada por el uso de inhalantes . El síndrome de Mendelson es un tipo de neumonitis química.
El aceite mineral no debe administrarse internamente a niños pequeños, mascotas o cualquier persona con tos, hernia hiatal o reflujo nocturno, porque puede causar complicaciones como neumonía lipoidea . [3] Debido a su baja densidad, se aspira fácilmente hacia los pulmones, donde el cuerpo no puede eliminarlo. En los niños, si se aspira, el aceite puede actuar para impedir la respiración normal, lo que resulta en la muerte de las células cerebrales y parálisis permanente y/o daño cerebral .
Agudo:
Crónico:
Los síntomas de la neumonitis química crónica pueden estar presentes o no, y pueden tardar meses o años en desarrollarse hasta el punto de hacerse evidentes. [4]
El desafío pragmático es distinguirlo de la neumonía por aspiración con un componente infeccioso, ya que la primera no requiere antibióticos, mientras que la segunda sí. Si bien algunas cuestiones, como una historia reciente de exposición a toxinas importantes, pueden predecir el diagnóstico, en el caso de un paciente con disfagia, el diagnóstico puede ser menos obvio, ya que el paciente disfágico puede tener contenido gástrico cáustico que dañe los pulmones y que puede o no haber progresado a una infección bacteriana. [5]
Las siguientes pruebas ayudan a determinar la gravedad de los efectos en los pulmones:
El tratamiento se centra en revertir la causa de la inflamación y reducir los síntomas. Se pueden administrar corticosteroides para reducir la inflamación, a menudo antes de que se produzcan cicatrices a largo plazo. Los antibióticos no suelen ser útiles ni necesarios, a menos que haya una infección secundaria. La oxigenoterapia puede ser útil.