Francisco Canaro , también conocido con el sobrenombre de Pirincho , [1] (26 de noviembre de 1888 – 14 de diciembre de 1964) fue un violinista y director de orquesta de tango uruguayo .
Canaro nació en San José de Mayo , Uruguay , en 1888. Sus padres eran inmigrantes italianos, y más tarde, cuando tenía menos de 10 años, emigraron a Buenos Aires , Argentina a fines del siglo XIX. De joven encontró trabajo en una fábrica, donde una lata de aceite vacía , en sus hábiles manos, se convirtió en su primer violín. Actuando inicialmente en bares de mala muerte, finalmente forjó una carrera que duró muchas décadas, y su orquesta fue una de las más grabadas. Su introducción al tango llegó de la mano del líder de la orquesta típica Vicente Greco en 1908, y en 1912 compuso "Pinta brava" ("Mirada feroz"). Canaro compuso la música para la película clásica argentina de 1915 Nobleza gaucha . Más tarde estuvo vinculado sentimentalmente con la actriz y vocalista de tango argentina Ada Falcón , pero la relación, que comenzó a principios de la década de 1920, se disolvió una década después.
En 1920 Canaro descubrió a Azucena Maizani , quien rápidamente se convirtió en una gran estrella del tango. [2]
Canaro fue activo en la causa de los derechos de propiedad intelectual desde 1918 en adelante, y fue instrumental en la fundación de la Sociedad Argentina de Compositores y Cantautores (SADAIC), en 1935, comprando el lote del centro de Buenos Aires donde se construyó su sede. Actuó en París con su orquesta en 1925, y tuvo éxito entre el público local, por lo que permaneció en Europa durante una década. Se convirtió en ciudadano argentino naturalizado en 1940, gran parte de su música grabada es del estilo clásico de salón de esa década, pero también se lo considera miembro de la vieja guardia, y algunas de sus grabaciones posteriores contribuyeron a la transición al tango de concierto.
La orquesta de Canaro se convirtió en un elemento fijo de la radio argentina durante la década de 1940 y principios de la de 1950, aunque para muchos bailarines y oyentes contemporáneos, sus primeras grabaciones de la época dorada siguieron siendo las mejores en su género. Canaro escribió sus memorias, Mis 50 años con el tango ( My Fifty Years with the Tango ) en 1956, pero más tarde desarrolló la enfermedad de Paget y se vio obligado a retirarse. Murió en Buenos Aires en 1964.