I Am the Cheese es una adaptación cinematográfica estadounidense de 1983 de la novela homónima de Robert Cormier de 1977 , sobre el viaje de un joven para encontrar la verdad detrás de su familia. [1] [2] La película fue dirigida por Robert Jiras y filmada en Vermont. [3] [4]
Adam Farmer, de quince años, intenta desenterrar los numerosos secretos encerrados en su mente inconsciente. El viaje de Adam a través de su mente se complementa con un viaje en bicicleta a Rutterburg, Vermont, con un paquete para su padre. Mientras viaja por varios pueblos pequeños, comienza a recordar eventos pasados de su vida.
El viaje de Adam es motivado por una llamada de su novia Amy, quien dice que su padre conoció a un reportero de la supuesta ciudad natal de Adam, Rawlings, Pensilvania, y que el reportero nunca había oído hablar de alguien llamado Farmer que viviera allí. Sospechoso, Adam comienza a espiar a sus padres y encuentra dos certificados de nacimiento con su nombre, pero con diferentes fechas de nacimiento: 14 de febrero (Día de San Valentín) y 14 de julio (Día de la Bastilla). Adam se enfrenta a su padre, quien admite algunas verdades impactantes.
El verdadero nombre de Adam es Paul Delmonte y la familia se vio obligada a trasladarse a un programa de protección de testigos después de que su padre testificara en juicios estatales y federales contra funcionarios corruptos del gobierno. En realidad, Adam no va en bicicleta a Vermont; está dando vueltas alrededor del centro psiquiátrico donde ha estado recluido durante los últimos tres años, y las personas que conoce en el camino son pacientes y trabajadores del centro. Su "viaje" es una búsqueda para descubrir el paradero de sus padres, que desaparecieron misteriosamente (en realidad, fueron "eliminados" por los adversarios a los que intentaban eludir). Los recuerdos que Adam relata están documentados en "sesiones psiquiátricas", que son, de hecho, entrevistas para determinar si sabe o no más sobre la participación de su padre con el gobierno de lo que está contando. La entrevista final de Adam termina con dos posibles resultados, ninguno de los cuales augura nada bueno para el chico: "eliminarlo" o seguir interrogándolo hasta que muera.