Yaiza es un municipio de la isla de Lanzarote en las Islas Canarias , España . Se encuentra en el suroeste de la isla y forma parte de la provincia de Las Palmas . El municipio limita con el Océano Atlántico al oeste, sur y este. Al norte, el Parque Nacional de Timanfaya se encuentra en parte dentro del municipio. La parte oriental del municipio es montañosa y, al suroeste de las montañas, la llanura del Rubicón se extiende hasta la costa.
En el extremo sur del municipio de Yaiza, en la zona conocida como " El Rubicón ", se instaló el primer asentamiento europeo en Canarias en 1402, donde se inició la conquista del Archipiélago. [3] En este lugar existió la Catedral de San Marcial de Limoges . Esta catedral fue destruida por piratas ingleses en el siglo XVI y actualmente se encuentra en Femés, la Ermita de San Marcial de Limoges dedicada a este santo. Esta diócesis fue trasladada en 1483 a Las Palmas de Gran Canaria ( Diócesis Católica Romana de Canarias ). [4]
El pueblo más grande del municipio es Playa Blanca en la costa sur. El centro administrativo es la ciudad mucho más pequeña de Yaiza. La población total era de 16.289 en 2018, [5] y el área es de 211,85 kilómetros cuadrados (81,80 millas cuadradas). [5] Yaiza está a unos 22 kilómetros (14 millas) al oeste de la capital de la isla, Arrecife .
En el extremo sur del municipio de Yaiza, en la zona conocida como "El Rubicón", se estableció en 1402 el primer asentamiento europeo de Canarias, desde donde se inició la Conquista del Archipiélago. En ese lugar se encontraba la Catedral de San Marcial de Limoges, patrona de Lanzarote y compañera de la Diócesis Canaria.1 Esta catedral fue destruida por piratas ingleses en el siglo XVI y actualmente se encuentra en Femés, dedicada la Capilla de San Marcial de Limoges. a este santo. [6]
Yaiza se encuentra al borde de la zona sepultada por las erupciones volcánicas que tuvieron lugar en Lanzarote entre 1730 y 1736, y que dieron origen al Parque Nacional de Timanfaya. Precisamente, la crónica fundamental de las erupciones la narró el entonces párroco de Yaiza, Andrés Lorenzo Curbelo. [6]