Por qué mienten los líderes: La verdad sobre las mentiras en la política internacional es un libro de 2011 del politólogoJohn Mearsheimer.
El libro sostiene que los líderes mienten a audiencias extranjeras y a su propio pueblo porque creen que es bueno para su país, y cita el ejemplo de la mentira del presidente Franklin D. Roosevelt sobre el incidente de Greer en agosto de 1941, debido a un profundo compromiso de llevar a Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial, lo que él creía que era de interés nacional para Estados Unidos.
El libro sostiene que los líderes no mienten mucho a otros países y que, en realidad, los líderes democráticos tienen más probabilidades de mentir a su propio pueblo que los autócratas. [1] Por ello, comienza su libro diciendo que no es sorprendente que Saddam Hussein no mintiera acerca de tener armas de destrucción masiva (él dijo con veracidad que no tenía ninguna), pero que George Bush y algunos de sus principales asesores sí mintieran al pueblo estadounidense acerca de la amenaza de Irak. Mearsheimer sostiene que los líderes tienen más probabilidades de mentir a su propio pueblo en las democracias que libran guerras elegidas en lugares distantes. El autor dice que es difícil para los líderes mentir a otros países porque no hay mucha confianza entre ellos, especialmente cuando están en juego cuestiones de seguridad, y se necesita confianza para que la mentira sea efectiva. Concluye que es más fácil para los líderes mentir a su propio pueblo porque, por lo general, hay mucha confianza entre ellos.
Mearsheimer sugiere que la mayoría de las mentiras políticas caen en una de cinco categorías: mentiras interestatales, alarmismo, encubrimientos estratégicos, mitos nacionalistas y mentiras liberales. Explica las razones por las que los líderes recurren a cada uno de estos diferentes tipos de mentiras. También dice que la mentira internacional puede tener efectos negativos, y allí hace hincapié en el " efecto rebote ", que es cuando decir mentiras internacionales ayuda a generar una cultura de engaño en el país, y las " consecuencias no deseadas " o "efecto contraproducente", que es cuando decir una mentira conduce a una política fallida. También enfatiza que hay otros dos tipos de engaño además de la mentira: "ocultación", que es cuando un líder permanece en silencio sobre un asunto importante, y "manipulación", que es cuando un líder cuenta una historia que enfatiza lo positivo y minimiza o ignora lo negativo. Mearsheimer no considera la dimensión moral de la mentira internacional; la mira simplemente desde una perspectiva realista.
El libro recibió varias críticas positivas, y tanto The Washington Post como Foreign Affairs lo describieron como "fascinante". [2] [3] [4] The Oxonian Review criticó la perspectiva realista del libro por subestimar las desventajas de mentir. También sugirió que Mearsheimer encuentra pocos ejemplos de mentiras en la política internacional sólo debido a su estrecha definición de lo que cuenta como mentira: falsedades explícitamente verbales, no distracción por otros medios. [1]