Cuando canta el ruiseñor es un poema en inglés medio , de autor desconocido, registrado en el manuscrito Harley 2253 de la Biblioteca Británica , verso 25. Es un poema de amor que ensalza la belleza y el amor perdido de una doncella desconocida.
Cuando þe nyhtegale chamusca þe wodes se vuelven verdes.
Lef ant gras ant blosme brota en aueryl y wene,
Ant love is to myn herte gon wiþ one spere so kene
Nyht ant day my blod hit drynkes myn herte deþ me tene.
He amado a todos los que pueden amar,
he bebido mi limón por siempre.
Mi amor nunca ha sido tan fuerte como para que me duela.
El limón me ha amado por siempre.
Suete lemmon y preye þe of love one speche,
mientras vives en el mundo tan lejos sobre nulle y seche.
Wiþ þy amo mi suete leof mi blis þou mihtes eche,
Un suete porque de þy mouþ puede ser mi leche.
Suete limón y preȝe þe de un beneficio de amor
þ me amas como los hombres dicen limón como tú wene,
Ant ȝef hit þi wille þyou loke þat hit be sene,
Tanto que þenke sobre þe þat al y cera grene.
Bituene Lyncolne ant Lyndeseye, Norhamptoun ant Lounde,
New wot y no tan lejos como pueda ir más allá.
Suete limón ypreȝe þe þ¡Me amas muchísimo!
Y wole mone mi canción
On wham þat hit ys on ylong.
Cuando el ruiseñor canta,
los árboles se vuelven verdes,
las hojas y la hierba y las flores brotan,
supongo que en abril;
y el amor se ha dirigido a mi corazón
con una lanza tan afilada,
que día y noche drena mi sangre,
mi corazón duele hasta la muerte.
He amado todo este año pasado
para no amar más;
he suspirado muchos suspiros,
amado, por tu piedad,
mi amor nunca está más cerca de ti,
y eso me duele mucho;
dulce amado, piensa en mí,
te he amado por mucho tiempo.
Dulce amada, te ruego que me
digas una palabra de amor;
mientras viva en este vasto mundo,
no buscaré ninguna otra.
Con tu amor, dulce amada mía,
aunque mi dicha pudiera aumentar,
un dulce beso de tu boca
podría ser mi cura.
Dulce amado, te ruego
que me des una muestra de amor:
si me amas, como dicen los hombres,
amado, como yo pienso,
y si es tu voluntad,
asegúrate de que los demás lo vean;
pienso tanto en ti
, que me pongo pálido.
Entre Lincoln y Lindsey,
Northampton y Londres,
no conozco doncella más bella
que aquella de la que soy esclavo.
Dulce amada, te ruego
que me ames por un rato;
gemiré mi canción
para aquella en la que está basada. [1]