Vida de perro ( en italiano : Vita da cani ) es una película de comedia italiana de 1950 dirigida por Mario Monicelli y Steno . [1]
Nino Martoni es el director de una destartalada compañía de espectáculos. Entre sus bailarinas destacan Lucy, la soubrette, caprichosa y obstinada, Franca, que abandonó a su amado novio Carlo con amargura y sufrimiento, porque era demasiado pobre para sus ambiciones, que aspira a una vida cómoda y lujosa y Vera, enamorada, correspondida por Mario, el hijo de un burgués rico y adinerado.
A la troupe se une Margherita, que ha huido del pueblo y es buscada por la policía en nombre de sus padres, quien es recibida por el director conmovido por la muchacha asustada y melancólica.
Cuando Lucy, tras un nuevo altercado con Nino, abandona la compañía, ésta la sustituye Margherita, que revela insospechadas dotes de bailarina y cantante. El éxito de la muchacha, rebautizada como Rita Buton, en el Alambra de Roma es abrumador y el empresario del teatro, muy satisfecho, firma un contrato con la compañía por dos meses.
Desafortunadamente, el éxito y la fama no serán para todos:
Franca acepta a regañadientes las atenciones de un empresario muy rico, pero escurridizo y repulsivo, atraída por la vida cómoda que puede ofrecerle y que ella anhela. Terminará entonces suicidándose poco después de la boda arrojándose por una ventana, cuando su repulsivo marido le presenta a su recién contratado director técnico, que no es otro que Carlo, que entretanto ha conseguido hacer apreciar su talento y patentar uno de sus inventos.
El padre de Mario se une a su hijo, que se ha escapado de casa, para ir tras su amada, todavía menor de edad. En la comisaría, donde la chica es citada junto con Nino, acusados de abuso de menores, ocurre sin embargo lo inesperado cuando Vera reconoce en el hombre al tipo que la había llevado con el coche y que había intentado, en vano, abusar de ella. En ese momento el padre de Mario, amargamente opuesto a la relación de su hijo con una bailarina, se da cuenta de que Vera es una chica buena y seria y la acepta pidiendo disculpas y retirando la denuncia. Vera, radiante y feliz, prefiere el matrimonio a su carrera.
Mientras tanto Nino, enamorado de la bella Rita, está dispuesto a hacer su declaración de amor regalándole un precioso anillo, pero sin ser visto asiste a una importante oferta de compromiso de la muchacha por parte de un conocido y prestigioso empresario teatral de Milán, quien al presenciar el espectáculo quedó favorablemente impresionado por el talento de la joven.
Nino, a regañadientes, sacrificando sus sentimientos por Rita y no queriendo comprometer la carrera de la joven, la trata mal, incluso expulsándola de su compañía. La muchacha, desconcertada, incapaz de comprender el comportamiento del hombre, huye del teatro llorando y va a firmar el contrato con el empresario milanés.
A estas alturas Margherita, alias Rita Buton, se ha convertido en una famosa y aclamada soubrette; Nino va en secreto al teatro donde ella está realizando un espectáculo y deja un ramo de flores anónimo en la entrada para entregárselo a la muchacha.
Nino se queda con el resto de la compañía, en la que retoma Lucy, mientras tanto sin trabajo, continuando dirigiendo los espectáculos a pesar de las dificultades. [2]