La tarifa de copia virtual (VPF, por sus siglas en inglés) es un subsidio que paga un distribuidor de películas para la compra de equipos de proyección de cine digital para que los exhibidores de películas los utilicen en la presentación de películas de estreno. El subsidio se paga en forma de una tarifa por cada película reservada, con el objetivo de igualar los ahorros que se producen al no enviar una copia de la película. El modelo está diseñado para ayudar a redistribuir los ahorros que obtienen los estudios al utilizar la distribución digital en lugar de la distribución de copias de la película. [1]
La primera demostración pública de proyección digital para cine tuvo lugar en ShoWest en 1999, [2] y quedó en evidencia que la tecnología estaba más avanzada que el modelo de negocio. Las primeras presentaciones tecnológicas intentaron afirmar que la tecnología se amortizaría por sí sola a través de nuevos ingresos generados por nuevas formas de contenido. Pero los exhibidores conocían a su público y podían ver que la proyección digital era sólo una tecnología de reemplazo, que creaba nuevos pasivos financieros y no nuevos ingresos. No fue hasta el lanzamiento de la proyección digital en 3D años después, en 2005, que la proyección digital demostró que podía utilizarse para generar ingresos adicionales.
Los aspectos económicos eran complicados. Los proyectores de películas y los platos costaban alrededor de 30.000 dólares, mientras que los primeros proyectores digitales costaban hasta 150.000 dólares. Además, los proyectores de películas tenían una vida útil de 30 años y los gastos anuales en mantenimiento y piezas de repuesto eran relativamente bajos. Por otra parte, los exhibidores pensaban que tendrían suerte si conseguían 10 años de servicio de un proyector digital, después de los cuales tendrían que renovar los gastos de capital. Mientras tanto, los distribuidores obtendrían ahorros significativos al eliminar el alto coste de las copias en película con los correspondientes gastos de envío y, en su lugar, distribuir archivos digitales por satélite o por disco duro.
La tarifa de impresión virtual se diseñó para equilibrar mejor los ahorros y los gastos tanto de los exhibidores como de los distribuidores. Su objetivo principal es ayudar a reemplazar los proyectores de películas, y no a comprar nuevos equipos de proyección para las nuevas construcciones. Para dar confianza a las instituciones financieras de que la tecnología del cine digital era estable y digna de inversión, se creó la Iniciativa de Cine Digital en 2002, lo que dio como resultado la publicación de la primera versión de la Especificación del Sistema de Cine Digital DCI en 2005. [3] La Especificación DCI sigue siendo la especificación básica para el cine digital, ya que establece la tecnología de base y los requisitos del sistema para los cuales los estudios lanzarán películas digitales.
El primer conjunto de acuerdos VPF ejecutados con cuatro grandes estudios fue anunciado por Christie/AIX en noviembre de 2005. [4] Christie/AIX era en ese momento una subsidiaria de Access Integrated Technology, ahora rebautizada como Cinedigm Digital Cinema Corp. [5] Los acuerdos tenían por objeto la implantación de tecnología de cine digital en 4000 pantallas. Desde entonces, se han ejecutado numerosos otros Acuerdos de Implantación de Cine Digital en todo el mundo, lo que ha permitido a los exhibidores de casi todos los territorios beneficiarse de los subsidios VPF en la conversión de la proyección de películas a la proyección digital.
http://www.davidbordwell.net/blog/2011/12/01/pandoras-digital-box-in-the-multiplex/