Uno y medio contra el mundo (inglés: "One and a Half Against the World") es una película de comedia dramática mexicana de 1973 dirigida por José Estrada y protagonizada por Vicente Fernández , Ofelia Medina y Rocío Brambila. [1]
Lauro (Fernández) es un ladrón que, al escapar de uno de sus robos, conoce a un niño llamado Chava (Brambila), que es tan pícaro como él. Al llegar a la Ciudad de México deciden trabajar y vivir juntos. Se mudan a una barbería donde Chava comienza a enseñarle a leer a Lauro. Después de que Lauro es detenido por sus crímenes, y mientras lo visita en la cárcel, Chava revela que en realidad es una mujer. Años después, después de que Lauro sale de prisión, conoce a la ya adulta Chava (Medina), y deciden robar como antes, con ella disfrazada de hombre. Con el paso del tiempo, ambos se enamoran y un día se besan. Sin embargo, un grupo de borrachos los ve, y debido al disfraz de Chava, los confunde con una pareja homosexual, y los atacan violentamente, golpeando a Lauro y apuñalando a Chava. La película termina con un Lauro herido que lleva a Chava ya muerta en sus brazos mientras otro niño intenta unírsele. Lauro se va, no queriendo exponer a otra persona a la muerte una vez más.
En Cinema of Solitude: A Critical Study of Mexican Film, 1967–1983 , Charles Ramírez Berg menciona la película junto con El albañil ( The Bricklayer , 1975) y El Coyote y la Bronca ( Coyote and Bronca , 1980) como ejemplos de películas de Vicente Fernández en las que «el personaje de Fernández es ayudado por las mujeres, y es capaz de aceptarlo sin sentir que está perdiendo su hombría», porque «para él, las mujeres son misteriosas pero inofensivas, por lo que las trata como iguales, no como siervas». [1] Una reseña de Etcétera en 2019 considera la película como la «única película que vale la pena» de Vicente Fernández, «quizás junto» a El albañil . [2]
Debido al final de la película, en el que el personaje de Ofelia Medina es apuñalado por besar al personaje de Vicente Fernández mientras ella está vestida de hombre, la película recibió notoriedad luego de una polémica en la que Fernández afirmó en 2019 que se negó a recibir un trasplante de hígado, tras ser diagnosticado con cáncer, en caso de que el donante fuera homosexual. [3] La reseña de Etcétera afirmó "46 años después de esa película, el propio Vicente Fernández todavía no entiende". [2]