Todo debe desaparecer ( en francés : Tout doit disparaître ) es una película de comedia francesa de 1997 dirigida por Philippe Muyl.
Robert Millard ha fundado su reino industrial, basado en las tecnologías más avanzadas, gracias a su matrimonio con la rica y cascarrabias Irene, a la que engaña alegremente durante años. Sin embargo, su último vínculo con su bella secretaria, Eve, es la gota que colma el vaso: Irene ha contratado a un fotógrafo detective, acertadamente llamado M. Colle, para obtener el máximo de fotos incriminatorias. Amenazado con el divorcio y, por tanto, con la ruina total por su mujer, el marido infiel debe rendirse y despedir a Eve.
Decidido a no dejarse llevar por su mujer y demasiado cobarde para dejar su fortuna, director general al azar para un viaje en avión, conoce a Gérard Piche, novelista de comisaría, especializado en el crimen perfecto. Millard contrata entonces al ingenuo escritor para que escriba su nueva novela, un nuevo asesinato sin pruebas abrumadoras, un último crimen perfecto... Robert lo ha seguido con atención para eliminar a la engorrosa Irene. Pero nada se desarrollará realmente como estaba previsto... todo bajo el objetivo del tenaz M. Colle.
La película se estrenó en Francia en 306 pantallas y terminó segunda en taquilla con una recaudación de 2,5 millones de dólares en la semana, ubicándose en segundo lugar detrás de Ransom, su debut . [2]