Políticamente, era un socialista moderado, fuertemente opuesto al comunismo y a la acción directa.
Pensaba que era más factible obtener beneficios a través de negociaciones, reservando las huelgas como última herramienta.
Puede que Estados Unidos fuera el socio mayoritario, pero Bevin era la fuerza individual más poderosa.
Aunque a veces le jugaba en contra su escepticismo hacia el recientemente creado estado de Israel[1] y hacia una ampliación de la comunidad europea, que consideraba como amenazas para Gran Bretaña.
Como ministro de Trabajo y Servicio Nacional (1940-1945), reorganizó con éxito la fuerza laboral durante la guerra.