Sacro vergente anno (también llamada Carissimis Russiae populis ) es unaCarta ApostólicadelPapa Pío XIIa todo el pueblo deRusia, publicada el 7 de julio de 1952 en la festividad de los santosCirilo y Metodio, «Apóstoles de los eslavos». En ella, el Papa consagra a todo el pueblo deRusiaalInmaculado Corazón de María.[1]
El Papa recordó que después de haber declarado solemnemente a la Virgen María elevada al cielo, muchos le escribieron pidiendo que consagrara todo el pueblo ruso al Inmaculado Corazón de la Virgen. Él agradeció esta petición, pues sentía un afecto especial por ese gran pueblo que, estando separado de él, seguía luchando por su identidad cristiana con todos los medios y con gran valentía.
El Papa repasa mil años de relaciones y dificultades y describe los esfuerzos humanitarios de sus predecesores, el Papa Benedicto XV y el Papa Pío XI, por las poblaciones necesitadas y hambrientas de la Unión Soviética. Durante la guerra, él mismo no pronunció una sola palabra que pudiera haber sido utilizada injustamente y, a pesar de fuertes presiones, nunca aprobó una guerra contra el comunismo o Rusia en 1941. Sin embargo, no permanecerá en silencio cuando estén en juego la religión, la verdad o la justicia, ya que su deseo más profundo es que las naciones sean gobernadas no por la fuerza militar sino por la justicia. Todos deben admitir con justicia que él fue imparcial durante la última guerra. Ahora, que la guerra ha terminado, es su deber hablar y condenar al comunismo, pero esto nunca significa que la Iglesia rechace a quienes cometen errores. [2]
El Papa tiene una gran confianza en el pueblo ruso, pero le angustia la hostilidad soviética hacia la religión en general y hacia la Iglesia católica en particular. [3] El Papa sentó las bases para una colaboración entre el cristianismo de Oriente y Occidente contra el ateísmo militante. [4]
Para concluir consagró los pueblos de Rusia al Inmaculado Corazón de María: “...como hace algunos años consagramos el mundo entero al Inmaculado Corazón de la Virgen Madre de Dios, así ahora, de un modo muy especial, consagramos todos los pueblos de Rusia al mismo Inmaculado Corazón” [5].
El Papa recuerda al pueblo ruso que la Virgen María siempre es victoriosa. Las puertas del infierno nunca prevalecerán, allí donde ella ofrece su protección. Ella es la madre buena, la madre de todos, y nunca se ha oído decir que quienes piden su protección no la reciban. Todo error y ateísmo serán vencidos con su ayuda y la gracia divina. [6]