“ Recuerdos de librería ” es una novela publicada en 1936 por el autor inglés George Orwell . Como sugiere el título, se trata de un recuerdo de su época de trabajo como dependiente en una librería de libros de segunda mano.
En octubre de 1934, la tía de Orwell, Nellie Limouzin, lo recomendó para el trabajo de asistente a tiempo parcial en Booklover's Corner, en South End Road , Hampstead . La tienda estaba a cargo de sus amigos, los Westrope, quienes también le proporcionaron alojamiento. Compartía el trabajo con Jon Kimche , de modo que trabajaba en la tienda por las tardes, tenía las mañanas libres para escribir y las noches para socializar.
Kimche recordó que Orwell nunca se sentaba, sino que permanecía de pie en medio de la tienda, "una figura un poco amenazadora" a la que probablemente le molestaba la idea de venderle algo a la gente. Kimche conservó la imagen de "una figura muy alta, casi como De Gaulle", con un niño pequeño que miraba hacia arriba y le compraba sellos. [1] Peter Vansittart recordó haber visitado la tienda cuando era niño y que el "asistente un poco descortés" intentaba venderle una copia de Trader Horn en Madagascar . [2] Kay Ekevall, que estableció una relación con Orwell después de conocerlo en la tienda, recordó: "Vi a este nuevo asistente y pensé que era un gran activo porque podía alcanzar todos los estantes que nadie más podía sin tener que sacar una escalera". [3]
Mientras trabajaba en la librería, Orwell trabajaba en la novela No dejes que la aspidistra vuele (1936) y pudo aprovechar sus experiencias. Muchos comentaristas han señalado que la librería de la novela tiene poca relación con Booklover's Corner. [4]
El ensayo apareció por primera vez en el número de noviembre de 1936 de Fortnightly . [5]
Orwell describe el comportamiento irritante de los clientes de las librerías: esnobs de las primeras ediciones, estudiantes orientales, mujeres de mente vaga y "el tipo de personas que serían una molestia en cualquier lugar pero que tienen oportunidades especiales en una librería". La tienda tenía varios artículos complementarios, entre ellos máquinas de escribir, sellos para coleccionistas, horóscopos y novedades navideñas (Orwell se divirtió especialmente con una factura de estos artículos que incluía la frase "2 docenas de Niño Jesús con conejos"). Sin embargo, el artículo complementario principal era la biblioteca de préstamos, que para Orwell arrojaba una nueva luz sobre los lectores: "En una biblioteca de préstamos se ven los gustos reales de la gente, no los pretendidos".
En conclusión, Orwell dice que no le gustaría ser librero a tiempo completo, principalmente porque es un trabajo que tiende a generar un rechazo hacia los libros.