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Protocolo de Río (1934)

El Protocolo de Paz, Amistad y Cooperación y Acta Adicional entre la República de Colombia y la República del Perú , [1] también conocido simplemente como Protocolo de Río , fue un acuerdo internacional firmado en Río de Janeiro entre Colombia y Perú el 24 de mayo de 1934.

El Protocolo tenía por objeto resolver definitivamente la larga disputa territorial entre los dos países y marcó el fin oficial de la guerra entre Colombia y Perú .

Fondo

La disputa entre Colombia y Perú por la soberanía de la cuenca amazónica se remonta a las secuelas de las guerras de independencia . La Gran Colombia libró una guerra con Perú por una disputa fronteriza en la zona de Tumbes, Jaén y Maynas. El Tratado de Guayaquil puso fin a la campaña militar pero surgieron problemas debido a la posterior disolución de la Gran Colombia, entre ellos la continuidad de la cuestión fronteriza. [2]

Las negociaciones directas y continuas entre Colombia y Perú recién comenzaron en 1894. Hasta entonces, la discusión solo concernía a este último y a Ecuador . Ese año se iniciaron negociaciones tripartitas, que no dieron resultados. [3] Las zonas en disputa entre Colombia y Perú eran principalmente las cuencas del Caquetá y del Putumayo . Los intentos de colonización de ambos países derivaron en enfrentamientos armados, el más notable fue el de La Pedrera en 1911. [4] [5] [6] Los dos países intentaron un arbitraje, sin llegar a un acuerdo sobre quién cumpliría ese rol. [7]

Tratado Salomón-Lozano

Una vez reiniciadas las negociaciones, el 24 de marzo de 1922 se llegó a un acuerdo directo en Lima, obra de los plenipotenciarios Fabio Lozano Torrijos (en representación de Colombia) y Alberto Salomón Osorio (en representación del Perú). Se designó como límite el río Putumayo, salvo en una franja conocida como trapecio amazónico, bajo soberanía de Colombia. [8]

La línea limítrofe entre la República Peruana y la República de Colombia queda convenida, acordada y fijada en los términos que a continuación se expresan: Desde el punto en que el meridiano de la desembocadura del río Cuhimbé en el Putumayo corta al río San Miguel o Sucumbíos, se sube por ese mismo meridiano hasta dicha desembocadura del Cuhimbé; de allí por el río Putumayo hasta la confluencia del río Yaguas; sigue una línea recta que desde esta confluencia va hasta el río Atacuari en el Amazonas y de allí por el río Amazonas hasta la frontera entre el Perú y el Brasil establecida en el Tratado Perú-Brasileño del 23 de octubre de 1851.

Guerra Colombia-Perú

El 1 de septiembre de 1932, un grupo de 48 ciudadanos peruanos oriundos de Loreto asaltó la pequeña ciudad de Leticia para reclamarla como peruana, expulsando a las autoridades colombianas y enviándolas a Brasil. [9] Este acto, considerado inicialmente como un problema interno, fue el que dio origen a la guerra colombo-peruana. Los enfrentamientos se dieron a lo largo del río Putumayo y el trapecio amazónico, recordando enfrentamientos como la Batalla de Tarapacá el 14 de febrero y la Batalla de Güepí el 26 de marzo de 1933, ya el 23 de mayo de 1933 se firmó en Ginebra el acuerdo diplomático que ponía fin a las acciones militares. El ejército peruano desalojó Leticia un mes después justo cuando el ejército colombiano devolvió Güepí al Perú. [10]

Negociaciones (1933-1934)

Primera etapa

El 24 de octubre de 1933 se reunió la comisión destinada a resolver el diferendo, que fue instalada por el Ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Afrânio de Melo Franco. La parte peruana estuvo integrada por Víctor Maúrtua, Víctor Andrés Belaúnde , Alberto Ulloa Sotomayor y Raúl Porras Barrenechea . La delegación colombiana, por Roberto Urdaneta Arbeláez , Luis Cano Villegas y Guillermo Valencia Castillo .

El 31 de octubre se llevó a cabo la segunda reunión entre las delegaciones peruana y colombiana. En ella se discutió el método a adoptar en las negociaciones, pues la representación colombiana sostuvo que correspondía a la peruana exponer lo que consideraba problemas pendientes para estudiar posibles soluciones. Por el contrario, la comisión peruana manifestó que ambas partes debían presentar memorandos expresando sus puntos de vista. Se designó a los jefes de ambas representaciones para buscar una solución, además de acordar una serie de comunicaciones informativas, hasta que fuera necesario otro procedimiento para dejar constancia de los puntos de acuerdo y divergencia. En las conversaciones de los jefes se acordó adoptar una agenda común, para lo cual las dos delegaciones presentarían memorandos. Sin embargo, dadas las diferencias irreconciliables entre ambas notas, se decidió prescindir de ellas.

Ambas partes se volverían a reunir el 28 de noviembre y el 1, 4 y 18 de diciembre. En las sesiones, la delegación peruana expuso el incumplimiento de Colombia del tratado Salomón-Lozano, al no entregar al Perú el Triángulo de Sucumbíos (que había sido cedido a cambio del trapecio de Leticia); la impracticabilidad del tratado; y los inconvenientes económicos, geográficos e históricos de la línea trazada por el tratado de 1922. Finalmente, la parte peruana concluyó que la única solución posible era cambiar la frontera, con la suerte de que el triángulo volviera a Colombia y el trapecio a Perú.

La conclusión peruana fue rechazada por la comisión colombiana, indicando que en la Conferencia celebrada no se discutió el Tratado Salomón-Lozano y que no existía una cuestión territorial para el cambio de frontera. Además, señaló que la solución a las observaciones formuladas por Perú era suscribir una serie de acuerdos de navegación y comercio en el Putumayo y la Amazonía. La delegación peruana rechazó estos acuerdos que, a su juicio, carecían de importancia.

Ante la negativa de Colombia a discutir el tema de Sucumbíos, la parte peruana sugirió que las discusiones desembocaran en un arbitraje de equidad constituido ad hoc. Una vez más, la propuesta peruana fue rechazada, pues los colombianos plantearon que, para cualquier problema jurídico, era necesario recurrir a la Corte Permanente de Justicia Internacional de La Haya . La parte peruana rechazó esa idea, afirmando que un tribunal era inadecuado para resolver el problema, insistiendo en el arbitraje.

Segunda etapa

El 20 de febrero de 1934, el canciller brasileño Melo Franco regresó a Río de Janeiro y se reunió con los jefes de ambas partes para buscar una solución al estancamiento de las negociaciones. Ambas partes presentaron memorandos formales que ilustraban sus posiciones en ese momento.

Las negociaciones continuaron, insistiendo en la posición peruana en varios intercambios de territorios, todos los cuales fueron rechazados por la delegación colombiana. En ese momento, estaba por vencerse el plazo para la administración de Leticia por parte de la Sociedad de Naciones , por lo que la parte peruana solicitó una prórroga, solicitud que también fue rechazada por la delegación colombiana. Ante ello, la posición peruana propuso una comisión mixta para la administración de Leticia, propuesta también rechazada.

Tercera etapa

La delegación peruana siguió insistiendo en una comisión mixta para Leticia, dejando poco a poco de lado la cuestión territorial. La mediación del canciller brasileño fue fundamental para que ambas partes llegaran a un acuerdo en Río de Janeiro. Los puntos divergentes entre ambas partes fueron liquidados, hasta que en mayo de 1934 se llegó a un acuerdo definitivo.

El Protocolo

El Protocolo de Amistad y Cooperación entre la República de Colombia y la República del Perú fue firmado el 24 de mayo de 1934, ratificando el Tratado Salomón-Lozano, aún vigente en la actualidad y aceptado por ambas partes.

La cuestión peruano-ecuatoriana

Perú invitó a Ecuador a iniciar negociaciones para solucionar la cuestión de límites pendientes entre ambos países, a lo que éste se negó. El país era parte interesada en la disputa entre Colombia y Perú, no sólo por la contigüidad territorial, sino también porque existía un área que los tres países reclamaban. El Congreso ecuatoriano declaró que no reconocería la validez de los arreglos entre sus dos vecinos.

Referencias

  1. ^ "DOCUMENTOS DIPLOMÁTICOS SOBRE RELACIONES EXTERIORES DE LOS ESTADOS UNIDOS, 1934, LAS REPÚBLICAS AMERICANAS, VOLUMEN IV". Oficina del Historiador .
  2. ^ Basadre 2005, vol. 2, pág. 12-13
  3. ^ Porras Barrenechea 1926, pág. 46–48.
  4. ^ Bustillo 1916, pág. 72.
  5. ^ Porras Barrenechea 1926, pág. 52-53.
  6. ^ Basadre 2005, vol. 12, pág. 265.
  7. ^ Porras Barrenechea 1926, pág. 54.
  8. ^ Basadre 2005, vol. 14, pág. 123—125.
  9. ^ Basadre 2005, vol. 16, pág. 15-16.
  10. ^ "El combate de Güepí y los cañoneros Cartagena y Santa Marta". Pañol de la Historia .

Bibliografía