El transrealismo en poesía o ucronismo, según el padre de este movimiento poético, el poeta chileno Sergio Badilla Castillo , se crea a partir de una transposición del tiempo, lo que significa que las escenas temporales se fusionan, en el corpus textual , y de esta manera se interrumpe la coherencia lineal entre el pasado, el presente y el futuro y la realidad se convierte en una especie de derivación o vínculo atemporal con un más allá del tiempo, donde se representan o se realizan imágenes y acciones poéticas. Es así como la idea temporal adquiere un carácter paracrónico o paracronía .
Otro elemento de esta transitoriedad es la ucronía que parte de un punto en el pasado donde algo ocurrió, de manera diferente o como ocurrió, en la realidad (lo que pudo ser y no fue), en la temporalidad material, pero que sin embargo es posible expresarse como un elemento situado en el espacio abstracto, apoyado en las teorías de Albert Einstein y Max Planck , respecto de la combinación espacio-temporal .
En cuanto a lo cuántico , Badilla Castillo sostiene que el transrealismo poético considera el mundo concreto de la experiencia aparente disuelto entre la mezcla transformacional y las conversiones subatómicas a las que se enfrenta constantemente la materia . El caos está en el corazón de la materia, es el elemento sustancial y fortuito de las transformaciones del cosmos ante nuestra singular y exigua percepción cotidiana.
La mayor certeza que tenemos como seres creadores y poéticos, según el transrealismo, es que el universo impone sus mayores cambios en la capacidad perceptiva e imaginaria del cerebro humano, que éste asume como realidad, subjetiva y llena de simbolismos y delirios. Otra característica mayor del transrealismo de Badilla es un ensamblaje entre realidad y mito, donde no hay diferencia entre certeza e incertidumbre. Para él, la evidencia es un acto de chamanismo [ check spelling ] , determinado por las circunstancias y alteración de un equilibrio espaciotemporal.