Perosa Argentina (en francés: Pérouse) es una comuna (municipio) de la ciudad metropolitana de Turín , en la región italiana de Piamonte , situada a unos 40 kilómetros (25 millas) al noroeste de Turín , en el valle Chisone . La población del pueblo es de 3061 (30 de junio de 2023).
Está situado en la zona de Val Chisone y forma parte de la Comunidad de Montaña de los Valles Chisone y Germanasca, que desde 2010 forma parte de la Comunidad de Montaña de Pinerolo. Actualmente reconstituida con el nombre de Unión de Montaña de los Valles Chisone y Germanasca, es un grupo de municipios que incluye Fenestrelle, Inverso Pinasca, Massello, Perrero, Pinasca, Pomaretto, Porte, Prali, Pramollo, Roure, Salza di Pinerolo, San Germano Chisone, Usseaux y Villar Perosa.
El término Perosa proviene de la palabra peira , que en occitano significa "piedra" , y hace referencia a un camino adoquinado. En cambio, el término "Argentina" nos habla de la antigua mina de plata situada en las laderas del monte Bocciarda: encontramos esta información también en el escudo de la ciudad, donde podemos ver tres piedras de plata sobre un tapiz negro con la frase Dant fructus lapides , que significa "las piedras dan fruto". Esta segunda parte del nombre fue añadida el 11 de abril de 1862, un año después del nacimiento del Reino de Italia.
Perosa es mencionada por primera vez en un documento del 8 de septiembre de 1064, en el que la condesa Adelaida de Saboya (1092-1154), viuda de Oddone de Saboya, concedió a la abadía benedictina de S. Maria di Pinerolo, fundada por ella, todos los derechos de soberanía feudal y propiedad territorial sobre las personas y las cosas de los valles de Perosa y S. Martino. Se hace referencia a "Petrosa", indicando la naturaleza del paisaje montañoso, y a Podium Odonis, llamado así en honor al marido de Adelaida, para designar la colina de Perosa Alta.
El pequeño pueblo estaba vigilado por un castillo y en su centro se encontraba la iglesia, ya dedicada a San Ginés.
A la muerte de Adelaida, Tommaso I de Saboya logró recuperar la posesión de los antiguos territorios familiares, incluido Pinerolo. A finales del siglo XIII, la presencia valdense en los valles debía constituir un asunto nada desdeñable, como lo demuestra la decisión de enviar un inquisidor a Perosa en 1297. Sin embargo, las amenazas, las multas, la confiscación de bienes y las torturas no dieron los resultados esperados. Tanto es así que, noventa años después, en 1387, el inquisidor Antonio di Settimo lamentó que muchos habitantes no solo se adhirieran a la herejía, sino que incluso la difundieran en los valles vecinos. Durante este período de tiempo (1301-1418), los príncipes Acaja, rama menor de la Casa de Saboya, extendieron sus dominios a casi todo el territorio del Piamonte utilizando las armas y los matrimonios.
Desgraciadamente, esta tierra fronteriza, en disputa entre el Delfinado y la Casa de Saboya, sufrió trágicamente a causa de esta larga y dura rivalidad. La población pagó un precio muy alto en vidas humanas, a causa de guerras, epidemias y miseria, todas ellas consecuencias de malas decisiones en política internacional.
Entre los siglos XVI y XVII, la situación en esta tierra atormentada fue muy compleja: idas y venidas de diferentes ejércitos, alternancia de gobernadores, 38 años de dominio francés con Francisco I y la entrada triunfal de Manuel Filiberto en Pinerolo el 1 de enero de 1575; la fundación en el valle de misiones capuchinas, destinadas a frenar la difusión de la religión reformada, tuvo lugar tras las persecuciones de Carlos Manuel I contra la población valdense. Los valdenses fueron confinados en tierras de la margen derecha del río Chisone y se vieron obligados, en parte, a emigrar lejos. Esto llevó a la fundación del pueblo de Perouse en Alemania, dentro del municipio de Rutesheim.
Durante estos tumultuosos acontecimientos, Perosa fue sitiada dos veces por las tropas francesas: en 1592 por Lesdiguières, que descendió al valle para rechazar los ambiciosos intentos saboyanos de ocupar el Val Pragelato (perteneciente a Francia hasta Bec Dauphin, como herencia de los Delfines), y en 1630 por el propio cardenal Richelieu, decidido a apoderarse de Monferrato y contrarrestar las pretensiones dinásticas de Carlos Manuel I sobre esas tierras. Se trata de otros 70 años de dominio francés, por segunda vez.
La posición estratégica de las fortificaciones de Perosa les confirió una gran importancia tanto en los periodos de paz como de guerra. Desgraciadamente, hoy en día sólo quedan algunos vestigios: villa fortificada desde la época de los abades, ampliada más tarde por la familia Acaja y dotada de "buenas y altas murallas" por los duques de Saboya, importante plaza fuerte durante la segunda dominación francesa. En 1696, Perosa fue devuelta a la Casa de Saboya, pero con la condición de que su ciudadela fuera demolida por completo. La misma suerte corrió el fuerte de San Juan en 1601, construido apenas 4 años antes sobre la roca llamada "Bec Dauphin", antigua frontera entre el Delfinado y la Casa de Saboya (la ruina que podemos ver hoy en día formaba parte de un reducto francés).
Perosa, después de volver a la Casa de Saboya, sometida de nuevo al dominio francés en 1796, y luego con la Restauración, pasó a formar parte del Reino de Cerdeña hasta la Unificación de Italia.