Entonces Nixon le ordenó al fiscal general adjunto William Ruckelshaus que despidiera a Cox, el cual también se negó y renunció.El público envió un número muy grande de telegramas, tanto a la Casa Blanca como al Congreso.[10] En los días que siguieron, numerosas solicitudes de Juicio Político en contra del presidente fueron presentadas ante el Congreso.El análisis forense determinaría que la cinta había sido borrada en varios segmentos, por lo menos 5 y tal vez hasta 9.[12] La presidencia de Nixon sucumbiría debido a la creciente presión del escándalo y su encubrimiento.En sus memorias póstumas, Bork declaró que Nixon le prometió el siguiente puesto disponible en la Suprema Corte, como recompensa por su papel en los despidos.