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La luna de papel

La luna de papel (originalmente La Luna di Carta ) es una novela de 2005 de Andrea Camilleri , traducida al inglés en 2008 por Stephen Sartarelli . Es la novena novela de laserie internacionalmente popular del inspector Montalbano .

Resumen

Montalbano recuerda con nostalgia su infancia y los recuerdos de su familia, evocando episodios que quedaron impresos en su imaginación, como cuando su padre le tomó el pelo diciendo que la Luna era de papel y él le creyó fielmente. Ahora empieza a sentir su edad, temeroso de estar envejeciendo y de no haber amado lo suficiente, especialmente a sus seres más cercanos y ahora desaparecidos, un hecho que ya no puede remediar demostrándoles todo su amor ahora, porque ya no están. [1]

Luna de papel narra la crisis interior de Montalbano y su depresión ante la inminente vejez, que parece afligirle en el cuerpo y en el espíritu. El joven medita sobre la muerte y los problemas del envejecimiento, con sus respectivos pequeños inconvenientes (pérdida de memoria, miedos repentinos, soledad y propensión al llanto). Decide entonces que la mejor manera de salir de estos accesos de melancolía es lanzarse de cabeza a una nueva investigación. La oportunidad se la presenta una bella mujer, que llega a la comisaría para informar de la desaparición de su hermano. Montalbano pronto encuentra al hombre en una especie de piso, asesinado de un tiro en la cara y dejado en una posición obscena: una posición adecuada, ya que el hombre era un conocido mujeriego y había tenido muchas relaciones sexuales con mujeres atractivas, una de las cuales parece más implicada que las otras, Elena Sclafani.

Al inspector no le resultará fácil resolver el asesinato, presionado por astutas mujeres que intentarán hacerle creer que "la Luna está hecha de papel".

Notas

  1. ^ En el episodio El ladrón de golosinas Montalbano es contactado por el socio de su padre para notificarle que su padre está en fase terminal y, consciente de su inminente muerte, no quiso hacérselo saber a su hijo, para ahorrarle la agonía de su sufrimiento. De hecho, Montalbano llegará al hospital cuando su padre ya está muerto, reprochándose así amargamente su egoísmo porque, aun siendo consciente de que el padre estaba enfermo, optó por ignorarlo.