La Ley del Servicio de Inteligencia (IntelSA) ( en alemán : Nachrichtendienstgesetz, NDG ; en francés : Loi fédérale sur le renseignement, LRens ; en italiano : Legge federale sulle attività informative, LAIn ) es una ley federal suiza que define los poderes y el alcance del Servicio Federal de Inteligencia (FIS) , la agencia de inteligencia del país. [1] Fue adoptada el 25 de septiembre de 2015 por la Asamblea Federal y entró en vigor el 1 de septiembre de 2017. Reemplaza la Ley Federal de Inteligencia Civil de 2008.
En 2009, el Consejo Federal ordenó la puesta en marcha del proyecto IntelSa. En marzo de 2013, el Consejo Federal lanzó una consulta sobre este proyecto, que fue confirmado en sus líneas generales durante el procedimiento. El 19 de febrero de 2014, el Consejo Federal aprobó el proyecto de ley y el mensaje al Parlamento. El 25 de septiembre de 2015, el Consejo Nacional aprobó la ley por 145 votos a favor, 41 en contra y 8 abstenciones y el Consejo de los Estados por 35 votos a favor, 5 en contra y 3 abstenciones. [2]
La ley fue impugnada en referéndum, pero fue aprobada por la población el 25 de septiembre de 2016 con el 65,5% de los votos. [3]
La ley entró en vigor el 1 de septiembre de 2017. Reemplaza la Ley Federal de Inteligencia Civil ( alemán : Bundesgesetz über die Zuständigkeiten im Bereichdes zivilen Nachrichtendienstes, ZNDG , francés : Loi fédérale sur le renseignement civil, LFRC , italiano : Legge federale sul servizio informazioni civile, LSIC ) de 2008.
Uno de los cambios más importantes introducidos por la ley IntelSA es la ampliación de los poderes de vigilancia otorgados a los servicios de inteligencia. Según la ley, los servicios de inteligencia pueden controlar llamadas telefónicas, correos electrónicos y otras formas de comunicación sin orden judicial, siempre que tengan como objetivo a personas o grupos sospechosos de representar una amenaza para la seguridad nacional. La ley también incluye salvaguardas para garantizar que la vigilancia sea necesaria, proporcionada y sujeta a la supervisión de una autoridad supervisora independiente.
IntelSA subraya que los servicios de inteligencia deben operar en el marco de la legislación suiza y respetar los derechos fundamentales, incluida la privacidad y la libertad de expresión. Toda actividad de recopilación de información que viole estos principios está estrictamente prohibida y las personas o grupos afectados por dichas actividades tienen derecho a solicitar reparación legal.
Además, IntelSA establece un nuevo sistema de supervisión parlamentaria de los servicios de inteligencia. Un comité especial se encarga de supervisar sus actividades y garantizar el cumplimiento de la ley. Se trata de una mejora significativa respecto del sistema anterior, que carecía de transparencia y rendición de cuentas.
IntelSA también promueve la cooperación internacional y el intercambio de información entre los servicios de inteligencia suizos y sus homólogos extranjeros, lo que resulta importante para hacer frente a amenazas transnacionales, como el terrorismo y la ciberdelincuencia, que a menudo requieren una respuesta coordinada de varios países.