Fue enviado a prisión por el secuestro y el asesinato de la niña de nueve años Keyra Steinhardt en 1999.
Ya había visitado la cárcel por secuestro unos años antes.
[1] Sin embargo fue exculpado del asesinato de Natasha Ryan,[2] ya que la misma fue encontrada sana y viviendo en el anonimato con su novio después de haber estado desparecida durante cinco años.
[3] En 2003, fue sentenciado a tres cadenas perpetuas por los asesinatos de Beverley Leggo y Sylvia Benedetti, así como la violación de Julie Turner en el área de Rockhampton en 1998 y 1999.
[4][5] En su juicio, el juez lo definió como un depredador sexual que ponía en riesgo la paz de la comunidad en la que vivía.