El té preparado en frío es té que se deja reposar en agua fría o a temperatura ambiente durante un período prolongado. El proceso hace que las hojas de té se hiervan lentamente, utilizando el tiempo en lugar de la temperatura para liberar los sabores.
La preparación del té en frío es una práctica que proviene de Japón , [1] donde se cree que se extraen suavemente los sabores del té, ya que una preparación más caliente puede quemarlo y crear un sabor amargo.
La proporción de té y agua suele ser de un 40 % de té y un 60 % de agua, según la concentración deseada. [2] [ Aclaración necesaria ] La infusión en frío requiere una cantidad mucho mayor de té para garantizar que se extraiga suficiente sabor en el agua. El té infusionado suele dejarse reposar a temperatura ambiente o en refrigeración durante 16 a 24 horas.
Se ha demostrado que el té blanco preparado en frío tiene mayores cantidades de antioxidantes en comparación con el té preparado en caliente. [3]