La Alameda de Paula es un paseo marítimo de La Habana, Cuba. Fue el primero que se construyó en la ciudad diseñado por Antonio Fernández de Trebejos y Zaldívar.
La Alameda de Paula fue mandada construir por el Capitán General de Cuba Felipe de Fons de Viela, miembro de la corte del rey Carlos III . Fue construida por el arquitecto Antonio Fernández de Trebejos en 1777. El solar del antiguo Rincón era un vertedero de basuras, inicialmente el paseo era una pista de tierra con algunos bancos y flanqueada por dos hileras de álamos. [1] Se le dio el nombre de Alameda de Paula por su proximidad al Hospital e Iglesia de San Francisco de Paula que se había construido en 1664. En 1847 se construyó una fuente de mármol ornamentada. Entre 1803 y 1805 se enlosó el pavimento, se añadió una fuente y bancos de piedra, farolas y la columna de mármol. Se calificó como un entretenimiento para los vecinos de la Villa de San Cristóbal, que carecían de sitios de recreo en ese momento. La Alameda de Paula se convirtió en uno de los espacios sociales y culturales más importantes de La Habana y en el modelo del Paseo del Prado diseñado en 1925 por Jean-Claude Nicolas Forestier .
El paseo fue objeto de diversas transformaciones a lo largo del siglo XIX: se alicató el terraplén, se colocó una fuente y se enrejó el respaldo de los asientos. En esa época se consideraba el lugar más popular y concurrido de la ciudad. Se construyeron baños, lo que aumentó su popularidad. En la década de 1940, se dibujaron plazas en sus extremos, se ensancharon y se dotaron de escaleras de acceso y asientos, y se modernizaron las farolas. [2]
En 1841 se ensancharon las escaleras que daban acceso al paseo y se añadieron varias farolas. En el año 2000 se restauró el paseo habanero y se alargó hasta llegar a la Iglesia de San Francisco de Paula . [3]
El Coliseo fue el primer edificio erigido en La Habana para brindar representaciones teatrales, abrió sus puertas el 20 de enero de 1775. Estaba ubicado frente a la Alameda de Paula entre las calles Acosta, Oficios y Luz, en La Habana Vieja. Construido entre 1773 y 1775, la iniciativa para la creación del teatro partió del Marqués de la Torre, quien logró reunir el 2 de julio de 1773 a los más importantes comerciantes y a las principales personalidades de la ciudad con el objetivo de recaudar fondos para la construcción del edificio. Poco después comenzaron los trabajos del edificio de mampostería y madera. Los mismos fueron dirigidos por el arquitecto habanero Antonio Fernández de Trebejos y Zaldívar; en el año 1775 y se anunció que el 20 de ese mismo año comenzarían las representaciones de comedias en el nuevo Coliseo. [4]