La marginada ( en italiano : L'Esclusa ( pronunciación en italiano: [leˈskluːza] ) fuela primera novela de Luigi Pirandello . Escrita en 1893 [1] [2] con el título Marta Ajala , [2] fue publicada originalmente en episodios en el periódico romano La Tribuna del 29 de junio al 16 de agosto de 1901, con el título definitivo L'Esclusa . Finalmente fue reeditada en un solo volumen en 1908 en Milán por los Fratelli Treves . En esta edición, también se publicó una carta dedicada a Luigi Capuana en la que el autor expresó sus preocupaciones de que el "fundamento humorístico" de la novela podría haber escapado a quienes habían leído la versión del periódico. También señala que "toda voluntad está excluida, aunque los personajes se quedan con la plena ilusión de que están actuando voluntariamente". Añadió que "la naturaleza, sin ningún orden aparente, erizada de contradicciones está a menudo extremadamente alejada de la obra de arte..." que casi siempre armoniza y racionaliza arbitrariamente la realidad. La novela está inspirada en la cultura siciliana , y los estudiosos también notan la influencia de escritores realistas como Luigi Capuana , Giovanni Verga y Antonio Fogazzaro . [3]
La historia se desarrolla en un pequeño pueblo de Sicilia . La protagonista Marta Ajala se siente “excluida” de la sociedad en la que vive por haber perdido catastróficamente la posición y el estatus que le habían asignado en el orden de las cosas: la posición de ama de casa sumisa y aburrida que nunca se sintió del todo a gusto en su papel, pero que había logrado el respeto de la sociedad gracias a él. Se trata de un papel que no lamenta haber perdido pero cuya pérdida repentina y violenta la ha arrojado a una situación dramática: ha sido expulsada de su casa por su marido, que la ha pillado por sorpresa en el acto de leer una carta de alguien que la ha estado cortejando pero cuyos avances ella siempre ha rechazado.
La decisión precipitada del marido abrumado por la rabia; la actitud del padre de Marta que, aun sabiendo que su hija es inocente, apoya totalmente la decisión de su marido por un descabellado sentido de solidaridad espiritual masculina y acaba muriendo de vergüenza; el sufrimiento sumiso de la madre y de la hermana, siempre dispuestas, para ajustarse a las convicciones tradicionales, a aconsejarle rendición y obediencia; la malevolencia coral de los aldeanos, aprovechando una procesión religiosa que pasa bajo sus ventanas para burlarse públicamente de ella y gritarle nombres, son los elementos de un cuadro minuciosamente descrito, a la manera del realismo, que ilustra la mentalidad cerrada del pueblo.
Pero la reacción de Marta se asemeja sólo en parte a la de los personajes típicos de la novela naturalista. Revela una psicología mucho más compleja que comienza con una autosatisfacción pequeñoburguesa por las cartas de Gregorio Alvignani y se transforma gradualmente en una lucha obstinada contra toda la sociedad por una venganza moral y económica que finalmente acabará obteniendo, aunque sin alegría.
El cruel juego del azar prevalece sobre la objetividad del relato, según una lógica inesperada, expresada en una serie de coincidencias que delatan su propio sentido oculto. El padre muere al mismo tiempo que nace el hijo de Marta, que ella llevaba en su vientre con tanta repulsión, como para significar un repudio y un desapego del pasado. Mientras tanto, en las calles del pueblo, la gente celebra la victoria de Alvignani en las elecciones, signo premonitorio de la redención y venganza final de Marta. La singularidad de las circunstancias estalla de golpe en la escena final: el marido de Marta, después de echarla de casa, haciéndola sufrir y comprometiendo el nacimiento de su propio hijo, la acoge ahora cuando ella se ha hecho culpable del pecado del que fue falsamente acusada y lleva en su vientre al hijo de su amante.
Al entregarse a Alvignani, que la ayudó a enfrentarse a las injusticias de las autoridades escolásticas, parece adaptarse al papel de amante de él, que le ha sido impuesto por la sociedad. Pero su estado de ánimo nunca es el de la rendición pasiva, aunque su lucha incansable contra las circunstancias dominadas por una fuerza insondable resulte en vano. Al final, lo que la derrota no es la sociedad que la rehabilita, sino la vida misma, que trae consigo un sufrimiento que ningún éxito puede cancelar.
Resulta significativo, en efecto, que la autora utilice la palabra l'esclusa precisamente al comienzo de la segunda parte de la novela, donde, en una atmósfera que huele a primavera, Marta parece estar al borde de la resurrección. Su tenaz lucha contra todos y contra la resignación le ha permitido obtener el tan deseado puesto de profesora que le ha permitido rescatar a su madre y a su hermana de la extrema pobreza. Pero la felicidad de estas dos mujeres, de la que se siente secretamente orgullosa, es lo que la obliga a reconocer su propio aislamiento espiritual y su incapacidad para reinsertarse en la sociedad. "Ella sola era la excluida, ella sola nunca volvería a encontrar su lugar".
L'esclusa ha sido traducida dos veces al inglés. La primera edición en inglés, titulada The Outcast , fue traducida por Leo Ongley y publicada por EP Dutton & Company en 1925. Una nueva versión en inglés de la novela, traducida por Bradford A. Masoni y también titulada The Outcast , fue publicada por Rutgers University Press en agosto de 2023. [4]