José Zepeda (1784 – 24 de enero de 1837) fue un coronel y político liberal nicaragüense que sirvió como Jefe de Estado de Nicaragua desde el 23 de abril de 1835 hasta que fue asesinado el 25 de enero de 1837.
Alcanzó el grado de coronel en el ejército unionista del general Francisco Morazán y participó en acciones militares como la Batalla de La Trinidad (1827), Batalla de El Gualcho (1828), Batalla de Las Charcas (1829), la Batalla de Olancho y las Vueltas del Ocote (1830).
El 21 de febrero de 1835 la Asamblea Legislativa lo declaró electo Jefe de Estado. Tomó posesión del cargo el 23 de abril de ese año, junto con el vicejefe José Núñez . [1]
Bajo su administración, una de las más positivas en la historia de su país, se llevaron a cabo reformas como la instauración del jurado; se creó el Tribunal de Cuentas, se regularizó el proceso penal y se legisló un buen Código Penal. Además, organizó la Corte Suprema de Justicia y prohibió el uso de armas de fuego. [2]
También se interesó por la instrucción y la educación, en cuanto al clero, indicó que sus miembros, para ser ordenados, debían haber concluido estudios universitarios; restableció las universidades de León y Granada, reguló la enseñanza en todas las ramas y abrió nuevas escuelas. Junto a estas acciones legislativas, fundó un periódico oficial, El Telégrafo Nicaragüense y la villa de Rivas recibió el título de ciudad. [2]
Debido a una rebelión anticonstitucionalista en 1834, se planeó una gran reforma a la Constitución federal para 1835, la cual sólo fue acordada por Costa Rica y Nicaragua y en consecuencia no entró en vigor.
El 25 de enero de 1837 Casto Fonseca , licenciado en medicina, y el coronel Bernardo Méndez de Figueroa " El Pavo ", hombre sólo notable por su afición al juego, asaltaron el cuartel de León y sacaron de la cárcel a un hombre llamado Braulio Mendiola, a quien los asaltantes dieron una gran escolta con órdenes de detener a Zepeda, al coronel Román Valladares, al diputado Pascual Rivas y al capitán Evaristo Berríos. [3]
Zepeda y el coronel Valladares, fueron asesinados y posteriormente enterrados en el Cementerio de Guadalupe. El vicejefe Núñez asumió la jefatura del Estado para terminar su mandato, al que le faltaban dos años para concluir. Núñez no detuvo a los rebeldes, sino que apaciguó a Méndez y lo nombró Comandante General de Armas, pero Mendiola fue capturado y ejecutado por los asesinatos. [4]