La línea de Jireček es una frontera conceptual a través de los antiguos Balcanes que divide la influencia de las lenguas latina (en el norte) y griega (en el sur) en el Imperio romano desde la antigüedad hasta el siglo IV. La frontera ha sido corregida repetidamente por el descubrimiento de nuevas inscripciones. [1] Un posible contorno aproximado de la misma va desde cerca de Lissus (cerca de Lezhë y Laç en la Albania moderna ) hasta Serdica (ahora Sofía , en Bulgaria ) y luego sigue los montes Balcanes hasta Odessus ( Varna ) en el Mar Negro o continúa a lo largo de la costa hacia el norte hasta el delta del Danubio.
Esta línea es importante para determinar la zona donde se formaron los pueblos rumano , arrumano , meglenorumano y albanés (ver Origen de los rumanos y Origen de los albaneses ). Fue utilizada originalmente por el historiador checo Konstantin Jireček en 1911 en una historia de los pueblos eslavos.
La ubicación de la línea se basa en hallazgos arqueológicos. La mayoría de las inscripciones encontradas al norte de la misma están escritas en latín, y la mayoría de las inscripciones encontradas al sur están en griego.
La frontera, en sus diversas formas, es teórica. Ya durante la Antigüedad hubo excepciones significativas: había grupos helenizados al norte de la línea (por ejemplo, las colonias griegas a lo largo de la costa occidental del Mar Negro) y grupos latinizados pudieron haber vivido al sur de la línea. Aun así, es un instrumento útil, aunque aproximado, para determinar a qué influencia estuvo expuesta predominantemente una determinada área.
Estudiosos más recientes lo han revisado un poco: Kaimio (1979) asigna Dalmacia y Moesia Superior al área latina y Moesia Inferior al área griega. MacLeod (1982) sugiere que puede que no haya habido "una política lingüística oficial para todos y cada uno de los aspectos de la vida", pero que "los funcionarios romanos individuales [tomaban] decisiones ad hoc de sentido común". También afirma que durante el período romano prebizantino , "incluso en las áreas griegas... el latín era la lengua dominante en las inscripciones que registraban obras públicas, en los hitos y en el ejército".