Jesús Gardea Rocha (2 de julio de 1939 – 12 de marzo de 2000) fue un escritor mexicano de ficción y cuentos.
Jesús Gardea Rocha nació el 2 de julio de 1939, en Delicias, Chihuahua , México , hijo de Vicente Gardea V. y Francisca Rocha. Estudió en la Escuela Primaria No. 306 de Delicias, para posteriormente acudir a cursar sus estudios secundarios en el colegio Benjamín N. Velasco de Querétaro y su bachillerato en la Ciudad de México . Estudió Odontología en la Universidad Autónoma de Guadalajara , para posteriormente establecerse en Ciudad Juárez donde ejerció dicha actividad profesional. [1] Jesús Gardea fue descubierto como escritor por el poeta Jaime Labastida. Durante el Encuentro de Escritores de Ciudad Juárez, Labastida lo impulsó a publicar Los viernes de Lautaro en la editorial Siglo XXI en 1979. Seis meses después, en 1980, firmó un contrato con Joaquín Mortiz, otra editorial, para publicar un libro de cuentos titulado Septiembre y los otros días , el cual fue galardonado con el Premio Xavier Villaurrutia , [2] convirtiéndose así en el segundo chihuahuense en ganar dicho galardón. En 1985, ganó el Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares que otorgaba la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez en su edición inaugural, el cual rechazó. [ ¿Por qué? ]
Fue profesor titular de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Participó en dos ocasiones en los “Encuentros de Escritores Chihuahuenses” organizados desde 1982 por Mario Arras, quien lo propuso como candidato para recibir el Premio “Tomás Valles Vivar” en la materia de literatura en su primera edición, pero perdió ante el filósofo Federico Ferro Gay.
Gardea pertenece al grupo de artistas chihuahuenses nacidos durante la década de 1940, conformado por escritores como Víctor Hugo Rascón Banda, Ignacio Solares , Joaquín Armando Chacón, José Vicente Anaya y Carlos Montemayor , y el escultor Sebastián . La mayoría de estos prolíficos artistas se mudaron a la Ciudad de México con la esperanza de ganar reconocimiento y dinero; sin embargo, Gardea se mantuvo firme en su deseo de vivir en su estado natal.
Jesús Gardea, el autor más influyente del norte de México, es un escritor de los llanos, las áridas planicies del norte de México, y la inquietante quietud de este paisaje impregna las veinticinco historias de esta importante retrospectiva de su obra. El mundo de Gardea es un mundo de viento y sol, veranos abrasadores e inviernos gélidos, pueblos pequeños y casas solitarias, horizontes vacíos. Es un mundo duro y violento, en el que individuos solitarios luchan contra elementos implacables y la violencia humana.
De vez en cuando se forman fuertes lazos que luego se rompen. En una historia, dos hombres se reúnen para mirar revistas de geografía y debatir sobre la grandeza de cosas que nunca han visto. Uno imagina la inmensidad del mar. "Hay muchas clases de inmensidad", responde el otro, soñando con bosques que, para él, se convierten en un encanto. Viaja a Estados Unidos y le envía una carta a su amigo: "Hoy compré una pistola y algunas balas... No debería morir en ningún otro lugar que no sea el bosque". Del paisaje claustrofóbico de Gardea, como de la vida misma, solo se puede escapar a través de la muerte.
Los personajes de Gardea viven en un mundo existencial en el que las crueldades del azar son la condición de la vida. A menudo, se dedican a actividades absurdas (mover en un bote de remos un armario que nadie reclama, limpiar un trozo de tierra que nadie quiere) y podrían tomar como lema el "No puedo seguir, seguiré", de Beckett. Pero los tensos relatos de Gardea adquieren fuerza y poder a partir del mundo único en el que se desarrollan, el austero mundo de las llanuras del norte de México.