Blanca Jeannette Kawas Fernández (16 de enero de 1946 – 6 de febrero de 1995) fue una activista ambiental hondureña conocida por su papel en la salvación de más de 400 especies de flora y fauna. [1]
Kawas inició sus estudios en el Colegio Miguel Paz Barahona y obtuvo su título de Perito Contador y Contador Público Autorizado en 1967, tras lo cual comenzó a trabajar en instituciones financieras durante la década de 1970. Entre 1977 y 1979 conoció y se casó con Jim Watt, con quien tuvo dos hijos, Damaris y Jaime. [2]
A principios de la década de 1980 se mudó con sus hijos a la ciudad de Nueva Orleans , donde estudió computación, obteniendo diversos certificados, premios y menciones por su aprovechamiento y excelencia académica. A principios de la década de 1990 comenzó a trabajar en la Asociación Hondureña de Ecología. Sus actividades y los avances logrados para preservar 449 especies de plantas, diversidad de flora y fauna, lagunas costeras, afloramientos rocosos, pantanos, manglares, costas rocosas, playas arenosas y selva tropical ubicadas en una franja costera de 40 kilómetros, fueron un obstáculo para los proyectos empresariales. [3]
El 6 de febrero de 1995, alrededor de las 7:45 p. m., Kawas fue baleada por dos sospechosos no identificados en su casa en el Barrio El Centro en Tela, Atlántida . Entre los sospechosos de asesinato se encontraba el coronel Mario Amaya (conocido como Tigre Amaya), quien al parecer se reunió con el sargento Ismael Perdomo y Mario Pineda (alias Chapin) en la sede de la policía en Tela. [4]
Ante la falta de interés de la justicia hondureña en esclarecer este crimen, el 13 de enero de 2003 el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC) de la Compañía de Jesús y el Centro para la Justicia Internacional (CEJIL) enviaron tres solicitudes individuales a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos , en las que declararon al Estado de Honduras responsable de los asesinatos de Jeannette Kawas, Carlos Escaleras y Carlos Luna. [5]
En 2005, la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró admisible el caso Kawas vs. Honduras ; [6] su fallo de 2009 sentó un precedente jurídico internacional sobre el requisito de que los gobiernos deben proteger a los defensores de los derechos humanos ambientales en riesgo. [7]