Una inundación fangosa se produce por una acumulación de escorrentía sobre tierras agrícolas. Los sedimentos son recogidos por la escorrentía y transportados como materia en suspensión o carga de fondo. Las inundaciones fangosas son típicamente un proceso en laderas de colinas y no deben confundirse con los flujos de lodo producidos por movimientos en masa.
Las inundaciones de lodo pueden dañar la infraestructura vial y depositar capas de lodo, además de obstruir las alcantarillas y dañar la propiedad privada.
Se habla de «inundaciones fangosas» desde los años 1980. [1] Una denominación similar apareció en francés («inondations boueuses» [2] ) durante el mismo período.
La escorrentía fangosa se genera en tierras agrícolas cuando la superficie del suelo está expuesta o escasamente cubierta por vegetación. Se necesitan grandes cantidades de escorrentía, generalmente generadas por tormentas fuertes, para que se produzca una inundación de este tipo. [3]
Se han observado inundaciones de lodo en todo el cinturón de loess europeo. Otras zonas afectadas son Normandía y Picardía ( Francia ), el centro de Bélgica y el sur de Limburgo ( Países Bajos) .
También se han observado inundaciones de barro en Eslovaquia y Polonia .
En los últimos veinte años se ha observado un aumento de la frecuencia de inundaciones con lodo (por ejemplo, en Bélgica central, [4] ). Este aumento de la frecuencia puede deberse a diversos factores, entre ellos:
Las medidas preventivas consisten en limitar la generación de escorrentía y la producción de sedimentos en la fuente. Las prácticas agrícolas alternativas (por ejemplo, la labranza reducida) para aumentar la infiltración de la escorrentía y limitar la erosión en los campos pueden ser de ayuda.
Las medidas curativas generalmente consisten en instalar estanques de retención en el límite entre las tierras de cultivo y las zonas habitadas. [5]
Una alternativa es aplicar otras medidas que no se pueden denominar medidas intermedias. Las franjas de protección con pasto a lo largo de los campos o dentro de ellos, un curso de agua con pasto (en las vaguadas de los valles secos) o las presas de tierra son buenos ejemplos de este tipo de medidas. Actúan como una barrera dentro del paisaje, reteniendo temporalmente la escorrentía y atrapando los sedimentos. [6]
La mejor manera de implementar estas medidas es coordinando el nivel de cuenca.