La Ruta Imperial de la Comunidad de Madrid es el itinerario turístico promovido por la Consejería de Cultura y Turismo de esta región española , que discurre por varios municipios de la Sierra de Guadarrama . Sigue parcialmente el camino histórico que conducía al Monasterio de El Escorial , utilizado en el siglo XVI por el rey Felipe II en sus viajes desde la ciudad de Madrid hasta el Real Sitio.
La Ruta Imperial tiene como núcleo central este monumento, que, en 1984, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco , junto con todo el Real Sitio. Éste se extiende por los términos municipales de San Lorenzo de El Escorial y El Escorial , donde se encuentran edificios, obras de ingeniería y jardines de gran valor histórico y artístico. En el primero, además del Real Monasterio, destacan las Casas de Oficios y la Casita del Infante (o "de Arriba"), y en el segundo, la Casita del Príncipe (o "de Abajo"). [1]
Este conjunto monumental se complementa con la oferta turística que ofrecen distintos municipios próximos al Monasterio, pertenecientes tanto a la comarca de la Sierra Oeste de Madrid como a la de la cuenca del Guadarrama. En ellos, existe un modesto pero relevante patrimonio artístico y la existencia de espacios naturales de gran interés paisajístico y medioambiental.
La Ruta Imperial discurre por nueve pueblos madrileños, a lo largo de dos recorridos diferenciados y un núcleo central. El primer tramo, la ida, parte de la ciudad de Madrid hasta Torrelodones , Collado Villalba y Guadarrama . Desde aquí se accede a San Lorenzo de El Escorial y El Escorial , que forman el núcleo principal. El tercer tramo, la vuelta, discurre por Robledo de Chavela , Fresnedillas de la Oliva , Navalagamella y Valdemorillo , desde donde se regresa a la capital.
Sólo algunas de estas localidades formaban parte del itinerario seguido por Felipe II , que coincidía parcialmente con el antiguo Camino Real de Valladolid. Entre ellas destacan Torrelodones , Collado Villalba (por el lugar conocido como La Venta) y Guadarrama, que, a partir del siglo XVI, vio florecer un importante negocio hotelero, dirigido a los viajeros que buscaban descanso en sus desplazamientos a San Lorenzo de El Escorial.
Los restantes municipios, en su mayoría, también han estado históricamente relacionados con el Real Monasterio, bien porque albergaron a los obreros empleados en su construcción, bien porque abastecieron a la Corte allí instalada, bien porque dieron cobertura religiosa a quienes acudían a las obras del monasterio, a través de sus iglesias. Fruto de esta vinculación histórica es la existencia, más allá de San Lorenzo de El Escorial, de varios edificios construidos por Juan de Herrera , el arquitecto del Monasterio, o por sus discípulos.
En otras localidades incluidas en el itinerario no se han producido vínculos tan directos con el Monasterio, al margen de su proximidad geográfica. Su presencia en la Ruta Imperial pretende potenciar el desarrollo de una industria turística, aprovechando la fama alcanzada por el Real Sitio. Es el caso de Fresnedillas de la Oliva .
Por el contrario, algunas localidades que Felipe II visitó en sus viajes no están incluidas en la Ruta Imperial, al encontrarse fuera del trazado actual de las vías principales. Entre ellas se encuentra Galapagar , localidad sobre la que se construyó una segunda vía más directa, partiendo de Torrelodones. Diversas obras de ingeniería, como la construcción de puentes y la mejora de la calzada, llevadas a cabo poco antes de la finalización del monasterio, fueron suficientes para que el monarca se decantase por este nuevo trazado.
La vinculación de Galapagar con la Real Fundación se aprecia en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que cuenta con pinceladas escurialenses en el chapitel que corona su torre. Las ruinas de la Casa Veleta, construida por el rey como lugar de descanso, ofrecen otra muestra de la importancia que alcanzó este municipio durante las obras del Monasterio.
La Ruta Imperial está definida, en el ámbito artístico, por la arquitectura herreriana , estilo surgido en el Renacimiento , que toma su nombre de Juan de Herrera, arquitecto del monasterio de El Escorial. [2] Esta obra, impulsada por el rey Felipe II en la segunda mitad del siglo XVI, dejó su impronta en edificios notables del Real Sitio, así como en su trazado urbano, además de algunos edificios de las localidades que hoy forman parte del itinerario turístico. Estas localidades suman edificaciones anteriores y posteriores al siglo XVI, que completan la oferta artística de la Ruta Imperial.
El Real Monasterio fue concluido el 13 de septiembre de 1584, tras 21 años de obras, a partir de un proyecto inicial de Juan Bautista de Toledo , continuado, tras su muerte, por Juan de Herrera. [3] Esta no es la única construcción herreriana que encontramos en la Ruta Imperial y en otras zonas de la Sierra de Guadarrama . Este estilo se extendió rápidamente por toda la región, gracias a los beneficios concedidos por la Casa Real Española , destinados a la remodelación de edificios. La medida pretendía evitar la despoblación y, al mismo tiempo, fomentar una cierta unidad estética.
Uno de los rasgos más característicos del estilo herreriano, el chapitel piramidal de pizarra con remate apuntado, está presente en las torres de las principales iglesias de distintas localidades de Guadarrama. Fuera del itinerario turístico, podemos citar las de Galapagar , construida inicialmente en estilo gótico , y Colmenarejo , que también muestra trazas del estilo escurialense en todo su exterior.
Dentro de la ruta, las iglesias herrerianas que aquí se encuentran presentan un aspecto sobrio e imponente, completamente desproporcionado respecto al tamaño de las pequeñas poblaciones donde se ubican, como es el caso del propio monasterio de El Escorial.
La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Valdemorillo , es una de las de mayor tamaño. Construida en el siglo VIII como mezquita, fue transformada en siglos posteriores. Aún conserva restos mozárabes en su fachada norte, así como algunos elementos románicos , góticos (como su bóveda de crucería) y barrocos (como su sacristía). La reforma impulsada a finales del siglo XVI y culminada en 1601 le dio un aspecto unitario, claramente herreriano. Fue llevada a cabo por Bartolomé Elorriaga, discípulo de Juan de Herrera, que utilizó sillares de piedra granítica . [4]
La iglesia de Nuestra Señora de la Estrella, en Navalagamella , declarada Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid , destaca también por sus proporciones. Fue construida en estilo gótico tardío, a modo de templo fortificado, como aún se puede apreciar en sus gruesos contrafuertes. Al igual que la iglesia de Valdemorillo , fue remodelada en el siglo XVI, en consonancia con los incentivos económicos concedidos por la Corona. Los rasgos herrianos están presentes en el exterior, especialmente en su fachada principal y en su torre, coronada por el característico chapitel. Su interior, sin embargo, mantiene el estilo gótico original. Cabe destacar su bóveda de crucería.
La iglesia de San Bernabé (siglo XVI) es otro notable ejemplo de la arquitectura herreriana. A diferencia de los dos templos anteriores, se levantó íntegramente en este estilo renacentista , sin aprovechar restos de construcciones anteriores. Su autor fue Francisco de Mora , discípulo de Juan de Herrera, que realizó la obra en un tiempo récord. Tan solo se necesitaron dos años (1594–1595) para inaugurar esta iglesia de una sola nave, coronada por bóveda de cañón, con arcos fajones . Está situada en El Escorial, cuyo término fue elegido por Felipe II para construir el Real Monasterio y del que, en tiempos de Carlos III , se segregó el actual municipio de San Lorenzo de El Escorial , donde se encuentra el citado monumento.
Torrelodones también se hizo eco de las tendencias arquitectónicas de Juan de Herrera, que firmó en esta localidad su última obra en vida. Se trata del Real Aposento de Torrelodones, del que sólo se conservan los cimientos. Se construyó para facilitar el descanso de Felipe II , en sus viajes desde Madrid a San Lorenzo de El Escorial, por el Camino Real de Valladolid. En esta villa encontramos también la Fuente del Caño (siglo XVI), obra de carácter monumental que los vecinos financiaron para hacer más agradable la estancia de la Corte. La influencia herreriana es notable. [5]
La necesidad de alojamiento se hizo patente durante la construcción del Real Monasterio. En este sentido, destaca el monasterio de Prestado, situado en El Escorial, aunque el edificio es mucho más antiguo que el siglo XVI. Fue reconvertido para adaptarlo como lugar de residencia de Felipe II, que vivió allí de forma intermitente durante los 21 años que duraron las obras. Se trata de una antigua casona montañera, que, en su rehabilitación, incorporó ciertos elementos herrianos.
Sin salir de este municipio, el yacimiento de La Granjilla de La Fresneda reúne un palacio y un convento también adscritos a este estilo, además de un jardín renacentista que integra cuatro estanques, alimentados por el río Aulencia. Se encuentra en una finca de 148 hectáreas (370 acres), que se encuentra en manos privadas. Se trata de uno de los monumentos herrianos más significativos de la Comunidad de Madrid y, al mismo tiempo, el más desconocido. Fue diseñado por Juan Bautista de Toledo , siguiendo el modelo empleado en la Casa de Campo de Madrid . [6] [7]
En San Lorenzo de El Escorial, lindando con la Lonja del Monasterio, se sitúan la Primera y Segunda Casa de Oficios y la Casa de la Compaña, destinadas a albergar a los distintos obreros y personal de servicio del Real Monasterio. Las dos primeras fueron proyectadas por Juan de Herrera y la tercera por Francisco de Mora entre 1587 y 1596.
Dos siglos después, Juan de Villanueva cerró el perímetro de la Lonja con la Tercera Casa de Oficios y las Casas de Infantes, esta última como vivienda del Primer Secretario de Estado, el Conde de Floridablanca . A pesar del paso del tiempo, Villanueva fue fiel al estilo que preside todo el conjunto. Este arquitecto fue también el responsable de la reorganización urbanística del caserío surgido tras la Lonja y, en su entramado de plazas y calles, mantuvo la impronta herreriana.
Durante la construcción de la Real Fundación se acometieron también importantes obras de ingeniería en diferentes caminos. Es el caso del Puente Nuevo, mandado erigir por el monarca en 1583, un año antes de la finalización del monasterio. Está situado sobre el río Guadarrama , cerca de Torrelodones, aunque en el término municipal de Galapagar . Esta obra fue decisiva, pues abrió una vía más directa que el Camino Real de Valladolid, a través de la citada localidad. El puente cuenta con la famosa reja de estilo escurialense a ambos lados, que lo une directamente con el monasterio. Tiene un único arco de medio punto, rematado en cada extremo por tajamares a cada lado, que se asemeja al puente de Segovia , en Madrid , construido por la escuela de Juan de Herrera o, probablemente, por el propio Herrera. [8]
Además de los edificios herrianos que aparecen en la Ruta Imperial, hay varias construcciones de distintos siglos y estilos. Las corrientes arquitectónicas mejor representadas son el gótico tardío, presente en la iglesia mayor de Robledo de Chavela , y el neoclasicismo , que se concentra sobre todo en el Real Sitio. Además, hay dos monumentos del siglo XX sin un estilo definido: el Valle de los Caídos y el palacio del Canto del Pico .
La zona, que sufrió un fuerte grado de despoblación durante la Alta Edad Media , carece prácticamente de monumentos relevantes anteriores al siglo XV, cuando el gótico, en su versión posterior, penetró en la vertiente madrileña de la sierra de Guadarrama . Entre las construcciones premedievales destaca el Sillón de Felipe II, en San Lorenzo de El Escorial , quizá la huella humana más antigua de la Ruta Imperial. Según la tradición, fue mandada esculpir sobre una roca natural por el monarca, que la utilizó como observatorio de las obras del monasterio. Sin embargo, investigaciones recientes apuntan a que pudo tratarse de un altar vetón . [9]
La torre vigía de Torrelodones , de origen musulmán, es el siguiente edificio más antiguo. Está situada en lo alto de un cerro y es visible desde la autovía A-6 ( Madrid - A Coruña ). Fue construida en el siglo IX como torre para vigilar posibles incursiones cristianas.
El pueblo abandonado de Navalquejigo, en el término municipal de El Escorial , alberga una pequeña iglesia de finales del siglo XII o principios del XIII, que se encuentra en estado ruinoso. Pertenece al grupo de iglesias fortificadas de repoblación de la Sierra de Guadarrama . [10]
El Torreón de Fuentelámparas, situado en Robledo de Chavela , data probablemente del siglo XIV. Se sabe poco de su origen, aunque se supone que servía para vigilar las dehesas.
En esta localidad se encuentra el mejor ejemplo de arquitectura gótica tardía de la Ruta Imperial. Se trata de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora , cuya construcción se inició en el siglo XV. El templo, de aspecto fortificado, alberga una pila bautismal escarzada , una talla atribuida a Alonso Berruguete y un retablo de Antonio Rincón, pintor de cámara de los Reyes Católicos . [11]
En las iglesias parroquiales posteriores al siglo XV, se aprecian ligeros toques renacentistas combinados con elementos regionales, característicos de la arquitectura rural de Guadarrama. Es el caso de la iglesia de San Bartolomé, en Fresnedillas de la Oliva , del siglo XVI, que cuenta con una sola nave y coro sostenido por columnas del siglo XVII, y también de la iglesia de El Enebral (siglo XVII), de Collado Villalba , decorada exteriormente con bolas de piedra, un recurso ornamental muy frecuente en las construcciones de la sierra. En su interior hay un arco románico . En Torrelodones , cabe destacar la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, del siglo XVI.
Collado Villalba , la localidad más poblada de este itinerario turístico, con unos 60.000 habitantes, conserva también otros recuerdos de su pasado rural. En la plaza principal del casco antiguo se encuentra la Piedra del Concejo, utilizada desde el siglo XVII como lugar de reunión de los concejales del pueblo. [12]
El siglo XVIII dejó dos importantes ejemplos de arquitectura neoclásica . Ambos se deben a Juan de Villanueva , autor tanto de la Casita del Infante (o de Arriba), en San Lorenzo de El Escorial , como de la Casita del Príncipe (o de Abajo), en El Escorial . Fueron erigidas como pabellones de recreo para la realeza. Los jardines dispuestos en torno a este último palacio se cuentan entre los más importantes del neoclasicismo madrileño .
Guadarrama cuenta también con varios edificios del siglo XVIII, entre los que destacan la iglesia de San Miguel Arcángel, la Fuente de Piedra, iniciada en 1785 en estilo barroco , y el Puente del Rosario, construido en tiempos de Carlos III sobre el río Guadarrama . [13]
La Ruta Imperial incluye el Valle de los Caídos , en las inmediaciones de San Lorenzo de El Escorial , la construcción más importante del siglo XX del itinerario. Este monumento funerario, erigido entre 1940 y 1958, se encuentra en la zona conocida como Cuelgamuros. Está formado por una basílica, excavada en la piedra, una abadía , una hospedería y una cruz de 150 m de altura, que corona el Risco de la Nava (1.390 m). La base de la cruz está custodiada por cuatro esculturas de grandes dimensiones (de aproximadamente 18 m), que representan a los evangelistas, obra de Juan de Ávalos . Es uno de los destinos más visitados de la Ruta Imperial.
Otra construcción del siglo XX es el Palacio del Canto del Pico , que preside un monte de más de 1.000 m de altura en el término municipal de Torrelodones . Este edificio, que presenta ciertos toques modernistas, fue concebido como casa museo. En su estructura se integran diferentes elementos arquitectónicos procedentes de varios monumentos españoles.
Cerca de Fresnedillas de la Oliva , aunque en el término municipal de Robledo de Chavela , se encuentra la Base Aeroespacial de la NASA y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), en funcionamiento desde 1967. Algunas de sus antenas alcanzan hasta 70 m (230 ft) de diámetro.
La Ruta Imperial atraviesa diferentes espacios naturales, que han recibido distintos niveles de protección por parte de la Comunidad de Madrid . Atraviesa parcialmente dos Parques Regionales, un Monumento Natural y un Paraje Pintoresco, así como otras zonas, no protegidas legalmente, de gran valor paisajístico y medioambiental.
En su primer tramo ( Torrelodones - Collado Villalba - Guadarrama ), discurre por uno de los extremos occidentales del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares , que comprende parcialmente los dos primeros municipios. Estos se encuentran bordeados por la Sierra de Hoyo de Manzanares , uno de los enclaves de este espacio protegido, poblado de encinas y pinos .
Además, parte de Torrelodones se encuentra dentro del Parque Regional del curso medio del río Guadarrama y su entorno, si bien se encuentra alejado de la A-6 ( autovía Madrid - A Coruña ), por donde discurre la Ruta Imperial en su primer tramo.
En Guadarrama se encuentra el Monumento Natural de las Peñas del Arcipreste . En esta roca, que aparece al este del Puerto de los Leones, se han grabado varias frases dedicadas a Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, autor de las famosas serranillas, llamadas así en alusión directa a la Sierra de Guadarrama , donde se inspiró este autor . [ 14 ]
En el núcleo central de la Ruta ( San Lorenzo de El Escorial - El Escorial ), encontramos el Paraje Pintoresco del Pinar de Abantos y Zona de La Herrería. En la ladera suroeste del monte Abantos (1.753 m) se alza el Real Monasterio y en su parte norte se encuentra el Valle de los Caídos . Sus bosques de pino , roble y encina albergan poblaciones de corzo , así como dos especies de mariposas, protegidas en la Comunidad de Madrid .
La Herrería, por su parte, tiene una gran importancia histórica, ya que, en el siglo XVI, formaba parte de la llamada Cerca de Felipe II, que delimitaba distintas fincas utilizadas para el ocio y recreo del monarca. Los robledales y fresnos conforman la vegetación de este lugar, principalmente en forma de dehesa . Cerca se encuentra el monte de Las Machotas, que cierra el extremo sur del llamado Circo de El Escorial. [15]
El tercer y último tramo de la Ruta Imperial ( Robledo de Chavela - Fresnedillas de la Oliva - Navalagamella - Valdemorillo ) se encuentra con tres ríos de interés paisajístico y medioambiental. Por el primer término municipal discurren el Cofio y el Perales , este último río a su paso también por Navalagamella. Ambos desembocan en el Alberche .
Las sierras de San Benito (1.626 m), La Almenara (1.259 m) y Almojón (1.178 m) son otros de los atractivos naturales de esta zona.
Más al sur, en Valdemorillo , el Aulencia —afluente del Guadarrama— forma el humedal más importante de la Ruta Imperial y uno de los más significativos de la comarca, el embalse de Valmayor. [16] Este embalse está incluido en el Parque Regional del curso medio del río Guadarrama y su entorno.