Desde febrero de 1992 hasta marzo de 1993, Colombia sufrió apagones rotativos de hasta 10 horas diarias debido a una temporada de El Niño particularmente fuerte, que secó los embalses de las plantas hidroeléctricas en un país que obtiene el 70% de su producción energética de fuentes hidroeléctricas; en consecuencia, el gobierno decidió utilizar el horario de verano para ayudar a ahorrar electricidad. El experimento no dio los resultados esperados, posiblemente debido a la baja latitud de Colombia, y el experimento del horario de verano se suspendió. [1]