Gloria es una película dramática franco-alemana de 1931 dirigida por Hans Behrendt y protagonizada por Gustav Fröhlich , Brigitte Helm y Rolf Drucker. [1] Fue una coproducción entre Bavaria Film, con sede en Múnich , y Pathé-Natan de FranciaTambién se estrenóuna versión en francés de Gloria . Este tipo de versiones en varios idiomas eran comunes durante los primeros años del cine sonoro .
Georg Köhler es un piloto de aviones conocido por sus hazañas acrobáticas. Tras casarse con Maria, y bajo la presión de ella, limitó mucho sus peligrosas actividades y acabó siendo, según su expresión, un simple "conductor del aire", o más bien, realizando vuelos regulares junto con su copiloto Jakopp Spindler. Georg y Maria tienen un hijo, el pequeño Felix, y viven justo delante del aeropuerto en el que trabaja él, muy estimado por todos. Pero parece que ha llegado el momento de la recuperación: se celebra una competición de vuelo acrobático y Georg se inscribe. Sin embargo, una vez más, tras enfrentamientos y peleas desconcertantes, su mujer le convence de que no participe.
Johnny Belling, un viejo amigo de Georg y, como él, un aviador de talento, llega a la ciudad para participar en la carrera. De repente, Maria se interesa por el asunto, a pesar de que Georg lleva muchos años intentando compartir con ella, sin éxito, su pasión por la aviación. La decepción de Georg aumenta durante el banquete de ganadores que celebra la victoria conseguida por Johnny a bordo de su biplano Gloria. Georg parece entrever los intentos de seducción que su amigo hace hacia su mujer -y tiene toda la razón, si no fuera porque Johnny corteja a todas las mujeres que se encuentra a su paso-. Disgustado, Georg abandona la fiesta y se deja llevar tomando un vuelo nocturno.
En la recepción, Johnny sigue sirviéndole una copa a María, y los dos también abandonan la celebración durante el aburrido discurso del alcalde. Johnny la lleva a un parque de atracciones y a la diversión posterior: es sin duda una diversión agradable para la mujer. Al final, Johnny, con pretextos y argucias, consigue atraer a María, ya bastante borracha, a un avión, piloteándolo y despegando hacia la noche. Su avión aterriza temprano en la mañana, casi a la misma hora que el de Georg. El pequeño Félix, acercándose a la red de divisiones que rodea el aeropuerto, da la bienvenida a su madre y a Johnny. Georg se entera de que Johnny pasó la noche en un avión con una mujer y sonríe al pensar en las conocidas habilidades de su amigo para los regalos.
Georg y María (con Félix) vuelven a casa, vigilados por la criada, uno por uno. Durante el desayuno, Félix confiesa inocentemente que por la mañana su madre había vuelto a casa con Johnny. Georg regaña a su mujer, recordándole lo incómodo que era acompañar a una persona que tenía tan mala fama de mujeriego. María se escuda en que entre ella y Johnny no había pasado nada malo, que se había divertido y que merecía divertirse y, por último, con una expresión de desagrado, que Johnny, a pesar de todo lo que se pudiera decir de él, había ganado la carrera. Una competición de la que, según piensa Georg, fue ella, incongruente, quien lo había apartado.
Al día siguiente, Georg lee en el periódico la noticia de la misión de Johnny en el Gloria. Va al restaurante del aeropuerto, pide provisiones para llevar y las lleva al Gloria, en el que los técnicos han hecho algunas modificaciones. Jakopp Spindler se da cuenta de todo esto y comprende las intenciones del piloto. Georg despega sin avisar a nadie y se dirige hacia el oeste, sobre el océano Atlántico. Spindler aparece en la cabina del piloto, que no quiere dejar en manos de Georg la gloria final de la primera travesía del Atlántico (pues Spindler se da cuenta de que Georg está preparándose para ello) y es bienvenido. Los sistemas de radar de varios países detectan el avión. La radio y la prensa se interesan por el asunto.
Durante varias horas se interrumpen las comunicaciones por radio entre el Gloria y los sistemas de detección. Mientras tanto, Georg y Jakopp se enfrentan y resuelven diversos fallos del avión, que se ven obligados a salir de la cabina y a actuar sobre las alas en pleno vuelo, arriesgándose a sufrir congelaciones y a perder la vida. Johnny, que no es tan negativo, es de Maria y la anima. Finalmente, se difunde la sensacional noticia de que Georg Köhler y Jakopp Spindler han aterrizado en Nueva York, consiguiendo así una hazaña excepcional. Al regresar a casa, aclamados héroes, Georg (que se reconcilia con Johnny) y su copiloto consiguen escapar de otro aburrido discurso del alcalde gracias a una inocente declaración de Felix.