Giulio Vaccaro (10 de abril de 1851 en Nápoles - 10 de marzo de 1924 [1] en Bari ) fue un arzobispo católico italiano .
Doctor en sagrada teología y derecho canónico, durante muchos años fue vicario general de la diócesis de Nusco. El 4 de junio de 1891, con apenas cuarenta años, fue nombrado obispo de Trivento.
El 6 de diciembre de 1896 dejó la sede de Trivento para convertirse en coadjutor del entonces arzobispo de Trani, Domenico Marinangeli. Al mismo tiempo, le fue asignada la sede arzobispal de Ancira. [2]
Con la Burbuja Pontificia del 24 de marzo de 1898, fue nombrado arzobispo de la archidiócesis de Bari y Canosa e hizo su entrada en Bari el 5 de junio del mismo año, después de haber asumido el cargo por medio de un procurador.
Durante su larga estancia en Bari, desarrolló una intensa actividad pastoral, exhortando constantemente al clero y a los fieles a trabajar en el campo educativo y social. Dirigió numerosas cartas a la diócesis, de las que se orientó todo su compromiso, especialmente a promover las vocaciones, difundir la educación religiosa y llevar una vida moralmente sana. De 1902 a 1912 promovió varios congresos, concretando iniciativas espirituales y sociales en toda Apulia. Contribuyó a la construcción en Bari de un hospital civil donando una contribución de 200.000 liras y subvencionó a las familias afectadas por las inundaciones que cayeron sobre la ciudad de 1905 a 1915.
En 1907 recibió la visita pastoral del padre Ernesto Bresciani, quien constató la ignorancia en el campo religioso, la difusión de la inmoralidad, el favor que encontraba el modernismo entre los sacerdotes jóvenes. Por eso, más tarde mostró mucha más firmeza en ejercer la presencia de sacerdotes en las "Congregaciones de los casos morales", imponiendo también fuertes ausencias.
Uno de sus mayores méritos es la decoración de la catedral, con la remodelación del suelo, la dotación de un órgano que fue su don personal, la restauración de la cúpula (durante la ejecución de la obra, ladrones desconocidos robaron del cuadro de Nuestra Señora de Constantinopla algunos objetos preciosos, que los fieles se apresuraron a sustituir con generosas ofertas). Le es necesario fundar nuevas parroquias municipales, como San José, Carmelo, Santa Cecilia, Redentor, San Pascual, SS. Sacramento, de Santiago, además de los diversos otros edificios en los centros cercanos a la capital. Cuando se reparó a sus expensas el seminario del arzobispo, se esforzó por erigir el seminario regional.
El cuerpo fue extinguido el 10 de marzo de 1924 y enterrado en la capilla del capítulo metropolitano en el cementerio de Bari. El 5 de noviembre de 1939 el cuerpo fue trasladado del cementerio municipal a la iglesia de San Giuseppe en el barrio de la Madonnella donde se erigió un monumento en su honor. Todavía hoy se le rinde culto en la calle que conduce desde la iglesia de San José al Lungomare.