Álvaro Flórez Estrada ( Pola de Somiedo , Asturias , 1765 – Noreña , Asturias, 1853), economista, abogado y político español.
Estudió Humanidades y luego Derecho en la Universidad de Oviedo y se trasladó a Madrid , donde llegó a ser magistrado.
A los treinta años fue nombrado tesorero general del Reino por Manuel Godoy , cargo al que, al cabo de algún tiempo, renunció por considerar su labor incompatible con las convicciones liberales que profesaba. Aunque se retiró a Pola de Somiedo, la Junta General del Principado le nombró procurador general de dicho reino en 1798.
Cuando en 1808 se produjo la sublevación de Asturias contra Napoleón, intuyó que «la lucha contra el invasor no tiene sentido si no es al mismo tiempo una revolución política», redactó la Proclama de la Junta y también la Carta de ésta pidiendo ayuda al Rey de Inglaterra. Disuelta la Junta por el Marqués de la Romana, Flórez Estrada huyó a Sevilla para denunciar lo ocurrido en la Junta Central. Vivió en Sevilla y Cádiz; redactó un proyecto de Constitución liberal, aunque monárquica. Marchó a Londres, y allí expuso su ideario en las publicaciones de 1810 sobre la Introducción a la Historia de la Revolución en España y sobre el Examen imparcial de las disensiones de América con España.
En 1812 fue diputado a Cortes de Cádiz . En Cádiz fundó un periódico liberal, y en 1813 fue nombrado intendente militar en Andalucía. Poco después abandonó su puesto y se dedicó al estudio de la historia, las lenguas y la economía.
Su participación en las Cortes de Cádiz y en las sociedades masónicas le obligó a huir de España cuando, en 1814, regresó de Fernando VII amenazándole con condenarle a muerte, exiliándose en Londres. Su estancia allí le permitió entrar en contacto con economistas ingleses (David Ricardo, James Mill y Adam Smith), introduciendo sus ideas en España. También acudió a Roma para ofrecer a Carlos IV la restitución en el trono si aceptaba una monarquía constitucional. En 1818 escribió una trascendental representación al rey en defensa de las Cortes, que fue impresa en Londres en 1819 y que, publicada en España, contribuyó a renovar el entusiasmo por el régimen constitucional y preparó el camino para que Rafael Riego decidiera su alzamiento militar el 1 de enero de 1820, en Cabezas de San Juan. Proclamada de nuevo la Constitución, regresó a España. Intentó llevar a cabo algunos de sus teóricos planes económicos e industriales y fue elegido diputado a Cortes de Asturias. En el Congreso se opuso al proyecto de abolición de las Sociedades Patrióticas, pues siempre defendió la libertad: «libertad de imprenta, libertad política, libertad civil, libertad de aduanas, libertad de comercio, libertad de palabra y libertad de todos serán su eterno y más dulce canto»1, se escribió de él. Aunque sin representación en las Cortes, redactó en 1822 junto a Francisco Martínez Marina , el primer borrador del Código Penal español . El 3 de marzo de 1823 fue nombrado Ministro de Estado. Pero al mes siguiente la llegada de los «Cien Mil Hijos de San Luis» le obligó a embarcarse en Gibraltar para exiliarse una vez más en Londres.
Durante esta expatriación, que duró diez años, publicó libros de economía, como Efectos producidos en Europa por la baja en el producto de las minas de plata, Examen de la crisis comercial de Inglaterra (Examen de la crisis comercial inglesa) y Curso completo de economía política.
Regresó a España a la muerte del rey Fernando VII , dedicándose de nuevo a la política. Representó a Asturias en todas las legislaturas de 1834 a 1840. Defiende el concepto de las desamortizaciones de Juan Álvarez Mendizábal , aunque no sus métodos. Publicó, al respecto, su obra De la enajenación de los bienes nacionales (1836). Escribió varios libros más sobre economía, como Elementos de economía política, libro de texto estudiado en toda la lengua española durante años.
En 1846 fue nombrado senador vitalicio y, a los ochenta y siete años de edad, falleció en el palacio de Miraflores de Noreña el 16 de diciembre de 1853.
Su nombre está inscrito en el monumento que Oviedo ha dedicado a los economistas y financieros asturianos. El Museo de Bellas Artes de Asturias , conserva un pequeño retrato suyo realizado por un inglés anónimo.
Los billetes de 25 pesetas que el Banco de España imprimió en 1946 tienen su retrato en el anverso y su casa señorial de Somiedo en el reverso.