El 10 de julio de 1977 se celebraron elecciones para la Cámara de Consejeros en Japón. Sólo la mitad de los miembros de la Cámara de Consejeros estaban en elección.
La cuestión principal de estas elecciones era si el Partido Liberal Democrático (PLD) sería capaz de mantener su control de la mayoría absoluta de los escaños en la Cámara de Consejeros, algo que ha mantenido desde su fundación en 1955. Los primeros pronósticos habían especulado con que esta dramática caída del PLD podría haber sido posible, pero al final el PLD mantuvo su estrecho control de la mayoría al contar con la cooperación de cuatro independientes aliados del PLD. Como era habitual en la época, el PLD obtuvo muy buenos resultados en los distritos uninominales escasamente poblados e incluso logró mantenerse no sólo en los distritos de dos miembros, sino incluso en los distritos de tres y cuatro miembros más urbanizados, que se proyectaban como difíciles de ganar para el PLD. [1]
El PDL tuvo que luchar más claramente en el distrito nacional, donde su voto popular disminuyó un 8,5% en comparación con la elección anterior de la Cámara de Consejeros. En cualquier caso, las previsiones pesimistas de los resultados electorales acabaron influyendo en la estrategia del PDL de presentar relativamente pocos candidatos, y los miembros del partido creían que si no tenían en cuenta las encuestas y presentaban más candidatos, podrían haber ganado una mayor proporción de escaños en estas elecciones. Mientras tanto, el Partido Socialista de Japón también vio una pérdida de escaños (en parte debido a la división de votos causada por el partido escindido SCL del ex miembro Saburō Eda, que le quitó votos al JSP). El Partido Comunista Japonés también vio una caída en su fortuna, con Kōmeitō y el Partido Socialista Democrático mostrando más promesas entre los partidos de oposición bien establecidos. [1]