El pianista virtuoso ( Le Pianiste virtuose ) de Charles-Louis Hanon (1819-1900) es una recopilación de sesenta ejercicios destinados a entrenar al pianista en velocidad, precisión, agilidad y fuerza de todos los dedos y flexibilidad en las muñecas. Publicado por primera vez en Boulogne en 1873, El pianista virtuoso es la obra más conocida de Hanon y todavía es ampliamente utilizada por profesores y alumnos de piano. Sin embargo, la aplicabilidad de estos ejercicios del siglo XIX ha sido cuestionada por algunos profesores de piano en la actualidad.
Los ejercicios están pensados para abordar problemas comunes que pueden afectar la capacidad de interpretación de un estudiante. Entre ellos se encuentran el "cruce del pulgar", el fortalecimiento del cuarto y quinto dedos y los trinos cuádruples y triples. Los ejercicios están pensados para ser dominados individualmente y luego tocados consecutivamente en las secciones en las que están ubicados. Además de aumentar las habilidades técnicas del estudiante, cuando se tocan en grupos a mayor velocidad, los ejercicios también ayudarán a aumentar la resistencia. Los ejercicios se dividen en tres partes:
Una vez dominadas las tres partes, Hanon recomienda realizar todos los ejercicios a diario para conservar la técnica.
Algunos detractores, como Abby Whiteside, han rechazado la noción misma de independencia de los dedos que pretenden fomentar, insistiendo en cambio en que sólo una técnica basada en el uso del húmero puede ser eficaz. [ cita requerida ]
Hao Huang cree que "Hanon, Schmitt o Czerny han sido útiles para pianistas principiantes, ofreciendo variedad como alternativa a la práctica interminable de escalas y arpegios", pero advierte contra "la idea de ejercicios técnicos como panacea":
No hay nada más aburrido que pasar horas repasando patrones de digitación sin pensar. Esto no te prepara ni para ser pianista ni músico. Con demasiada frecuencia, los profesores asignan ejercicios técnicos como un atajo para dominar la técnica. Es más fácil asignar páginas de un libro de ejercicios que analizar y descomponer los elementos físicos de un pasaje musical específico y difícil... Dorothy Taubman es una de las pedagogas más conocidas que hace campaña contra los ejercicios técnicos, afirmando que hacen mucho más daño que bien. Sin duda, la práctica indiscriminada de ejercicios puede dañar a un pianista tanto como obligarlo a repetir una pieza difícil. En mi opinión, la cuestión no debería ser si se deben utilizar o no ejercicios técnicos, sino cómo pensar físicamente al piano. [1]