The Hook es una película de guerra de la Guerra de Corea de 1963 dirigida por George Seaton basada en la novela L'Hameçon de Vahé Katcha de 1957. [2] El título de la película proviene de la traducción del título de la novela original en lugar de la Batalla de The Hook . La película se filmó en la isla Santa Catalina, California .
Durante la Guerra de Corea en 1953, un grupo de soldados del Octavo Ejército de los EE. UU. a bordo de un barco mercante captura al piloto de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Corea del enemigo de un avión que habían derribado. El cuartel general del Ejército de la República de Corea les ordena que ejecuten al prisionero, pero ninguno de los soldados es capaz de cumplir la orden. Justo cuando el sargento Briscoe está a punto de informar de su fracaso en cumplir la orden, llega la noticia de que se ha firmado un armisticio . El prisionero, sin comprender, escapa y Briscoe lo encuentra intentando encender gasolina para hacer estallar el barco. Justo antes de que Briscoe mate al prisionero con una llave inglesa, el hombre pronuncia una sola palabra que Briscoe aprende más tarde que significa "no puedo".
Bosley Crowther, del New York Times, consideró que toda la premisa de la película era dudosa, considerándola "de tan dudosa ocurrencia [ necesita una aclaración ] y tan poco urgente... que a uno le resulta difícil involucrarse". Concluyó que "todo el asunto tiene la naturaleza de una hipótesis artificial, para la cual la solución está tan lista que llegar a ella es tedioso". [3] Variety calificó la película como "ideal para los gustos cinematográficos de los aficionados a la acción bélica, pero decepcionante para el cliente exigente". [4] Philip K. Scheuer, del Los Angeles Times, escribió: "Los soldados estadounidenses (Douglas, Walker, Adams y, brevemente, Mark Miller) diferencian sus personajes bastante bien dentro de los confines del guión, aunque siguen siendo esencialmente estereotipos". [5] Richard L. Coe, del Washington Post, escribió que el guión de Henry Denker "comienza con una nota tensa y dramática y logra mantener el tono durante los 94 minutos de la historia", y agregó: "Me impresionó especialmente la actuación muda del actor filipino Enrique Magalona como el prisionero. Es un retrato creativo y memorable". [6] El Monthly Film Bulletin encontró el guión "técnicamente excelente", pero pensó que era la "manera petulante y desapasionada" en la que el tema ético fue "injertado en la historia de otro de los matones neuróticos de Hollywood lo que falla en toda la película". [7]