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El granjero con más aire

El Labrador de más Aire es unaobra de teatro de 1936, una de las primeras escritas por el poeta español Miguel Hernández . Esta obra se enmarca dentro del teatro social de la obra literaria de Hernández. Se trata de la principal pieza dramática en verso del poeta oriolano, de clara intención social, pues muestra la preocupación de Miguel Hernández por los problemas de la época que le tocó vivir, en plena Guerra Civil Española . [1]

Contexto histórico

Bombardeo de Guernica en 1937. Ejemplo del entorno del autor cuando compuso esta obra.

Esta obra de Miguel Hernández fue escrita en 1936 y publicada en 1937. [2] Anteriormente, en 1935, había escrito Los hijos de la piedra, otra obra en la que denunciaba y criticaba la situación de los pueblos de su tiempo, sus condiciones y sus derechos. Sin embargo, El labrador de más aire fue la obra más crítica de Hernández, y curiosamente fue publicada antes de su encarcelamiento. Paralelamente a Miguel Hernández, otros autores escribieron obras con temáticas similares como el destino trágico y el amor, como La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca . [3]

En el mismo año en que escribió El labrador de más aire , Hernández se alistó en el Ejército Popular de la República y fue nombrado Comisario de Cultura. Participó en varias batallas, actuando como militar y poeta, y escribió obras de protesta social como su obra Teatro en la guerra . Durante la guerra , huyó a su tierra natal para casarse con Josefina Manresa y publicó Viento del pueblo , Poesía en la guerra , Teatro en la guerra y El labrador de más aire . [ 2]

Tema

Aunque la obra fue publicada en 1937, no se representó hasta el otoño de 1972. El autor oriolano expone en su pieza dramática una temática amorosa con carácter crítico, describiendo problemas sociales relacionados con la época que le tocaba vivir en ese momento, como el afán de poder de un líder autoritario y la pobreza de ciudadanos inocentes. [4]

Miguel Hernández presentó en su obra una secuencia de ciclos argumentales. A juzgar por el año y la trama, se puede observar que la obra se encuentra en medio de un período de transición de un ciclo a otro, pues comenzó a escribirse en 1936, con el ciclo del amor hernandiano, y finalizó en 1937, con el ciclo del cuento. [5]

Influenciado por Lope de Vega , Miguel Hernández compuso esta obra teatral escrita en verso, de fácil comprensión, amena, con temas en boga en la época, como el amor campesino, y con una intencionalidad crítica. [6]

Estructura y métrica

Consta de tres actos divididos en cuadros que ayudan a una mejor comprensión de las escenas.

El primer acto consta de dos cuadros, el primero de ocho escenas y el segundo de cuatro más. En este acto se hace una breve presentación de los personajes, seguida de los diferentes sentimientos y pensamientos sobre el protagonista, otros personajes y la situación del pueblo.

El segundo acto se compone de tres cuadros; el primero con tres escenas, el segundo con cuatro y el tercero con ocho. En él se desarrolla la acción que conduce al enfrentamiento y posterior enemistad entre el héroe y el villano.

El tercer acto se compone de tres cuadros; el primero tiene cinco escenas, el segundo otras cinco y el tercero tres escenas. En este último acto se producen los acontecimientos que conducen al dramático final de la obra, con la insólita victoria del villano.

Miguel Hernández empleó una métrica y una rima muy cuidadas, alternando distintos tipos de estrofas según el carácter de la escena. Aparecen coplas y coplas populares junto a otras cultas: décimas , quintillas , cuartetas , romances hexasílabos y octosílabos , seguidillas y coplas de pie quebrado. [4]

Trama

Primer acto

Encarnación está enamorada de su primo Juan, pero él no lo sabe y ella no se atreve a confesárselo. Juan la nota triste e insiste en que le cuente lo que le pasa, pero ella se niega. Otro de los jóvenes, Tomaso, está enamorado de Encarnación.

Mientras tanto, varias muchachas se reúnen para celebrar la figura de Juan, de quien todas están enamoradas. También discuten entre ellas, intentando competir por la atención de Juan. Cuando Encarnación acude a las muchachas, éstas la instan a que interceda por cada una de ellas, pero ella confiesa que también siente amor por él, a pesar de que es su primo.

Blasa, la madre de Juan, quiere que Encarnación vaya a la fiesta del pueblo a divertirse. Le confiesa a su tía el amor que siente por Juan y, a pesar del dolor que siente al mismo tiempo por no poder estar a su lado, prefiere vivir con ese dolor. Encarnación se marcha y aparece Antonina, la amiga de Blasa, para anunciar que está por llegar Don Augusto, el dueño de todo el pueblo. Don Augusto nunca había venido antes al pueblo por lo que hay una gran extrañeza sobre los motivos de su visita.

Don Augusto llega con su hija Isabel para hospedarse en casa de Blasa y se sorprende de que nadie más haya salido a recibirlo. Los nuevos huéspedes se muestran altivos, autoritarios e impacientes todo el tiempo. Cuando aparece Encarnación, vestida de gala para asistir a la fiesta, Don Augusto queda cautivado por su belleza.

En la fiesta, los jóvenes cantan y bailan al son de la música. Cuando la música se detiene, cada una de las muchachas intenta que Juan se fije en ellas. Alonso, enamorado de Luisa, una de las muchachas, se queja de que Juan recibe toda la atención y reta a Juan a ver quién puede levantar una gran piedra más veces en el menor tiempo posible. El reto se lleva a cabo, Juan gana y Alonso se va resentido.

Encarnación aparece en la fiesta y anuncia la llegada al pueblo de Don Augusto y su hija. Uno de los labradores, Gabriel, explica las crueles maneras del dueño del pueblo, lo que provoca la ira de Juan, pero Gabriel le aconseja que sea prudente. Todos se disponen a desalojar la plaza por si pudieran molestar al dueño. Cuando él y su hija Isabel aparecen en la plaza, Juan se enfrenta a ellos. De repente, se anuncia que un toro se ha escapado y está pasando por la plaza. Todos salen corriendo, excepto Encarnación, que se queda en la plaza, mientras Juan tiene que defender a Isabel del toro.

Segundo acto

Don Augusto ha decidido aumentar la renta de los aldeanos, pero Juan no está dispuesto a obedecer sus órdenes porque la tierra no da suficiente rendimiento. Durante la cosecha, los otros jóvenes le aconsejan que no se rebele, pero él sigue dispuesto a luchar contra la tiranía del patrón. Alonso aparece y le expresa todo el odio que siente hacia Juan. Ambos están a punto de luchar con hoces, pero los otros jóvenes lo impiden.

En la casa, Juan le confiesa a Encarnación que se ha enamorado de Isabel desde que tuvo que protegerla del toro. Cuando Isabel pasa por su lado, Juan la retiene y le reprocha su falta de atención. Isabel, orgullosa, le responde que no tiene ninguna obligación por sus esfuerzos por protegerla del toro y muestra su desdén por tener que mezclarse con los habitantes del pueblo. Juan le confiesa que está enamorado de ella y ella reacciona burlándose de él, remarcando las diferencias sociales entre ellos y especulando que probablemente sólo esté detrás de su fortuna. Juan niega esto último y manifiesta su orgullo por ser agricultor. Cuando Isabel se va, Encarnación intenta hacerle entender a Juan que no debe amar a Isabel, pero no consigue sacarla de su corazón.

En la fuente, Blasa y Antonina se cuentan sus respectivas penas. Antonina tiene un marido alcohólico que no atiende sus obligaciones familiares. Blasa, en cambio, sufre desde la llegada de Don Augusto, que ha aumentado los alquileres a los vecinos, tiene rencor contra su hijo y persigue a su sobrina. Para colmo, Juan, enamorado de la hija del dueño, se muestra triste y apenado. Además, Alonso, lleno de rencor contra Juan, sigue peleándose con él.

Las jóvenes llegan a la fuente y cada una contempla su belleza al verse reflejada su imagen en el agua. Llegan a la conclusión de que no pueden perder su belleza amando a alguien que no las ama, por lo que deciden olvidarse de Juan y centrar su atención en los demás jóvenes. Más tarde, Tomaso le confiesa a Encarnación el amor que siente por ella, pero ella está triste y no tiene ganas de escucharlo en ese momento. Cuando Tomaso se va, llega Don Augusto y acosa a Encarnación, pero aparece Juan para liberarla de él. Juan ataca y abofetea a Don Augusto. Este último anuncia que está despedido, a lo que Juan responde que no tiene intención de irse. Don Augusto lo amenaza reiterándole que, vivo o muerto, lo hará abandonar el pueblo.

Tercer acto

Juan se siente abatido porque Isabel lo desprecia. Se descubre que alguien ha robado trigo y Tomaso sospecha de Alonso, quien también se ha aliado con Don Augusto en su odio contra Juan. Por otro lado, las muchachas buscan la atención de los muchachos: Rafaela busca el amor de Tomaso y le informa que Encarnación está enamorada de Juan. Tras hablar con Encarnación, Tomaso desiste de sus esperanzas en ella.

Isabel intenta convencer a Juan de que no sea tan altivo con su padre: si le tratara con respeto, ella intercedería para que no le echaran del pueblo. Llega al extremo de ofrecerle dinero, pero a Juan sólo le importa que ella acepte su amor y rechace su dinero.

En la taberna, Juan reprocha a sus compañeros de pueblo no estar dispuestos a rebelarse juntos contra las acciones abusivas de Don Augusto, pero estos no quieren abordar el asunto por miedo a posibles represalias y buscan consuelo en el vino.

Don Augusto y Alonso, llenos de odio hacia Juan, planean su asesinato. Juan se dirige a la era, donde Alonso se esconde esperándolo. Allí, Encarnación finalmente le confiesa a Juan todos sus sentimientos hacia él. Se avergüenza de haber estado ciego durante tanto tiempo y se muestra feliz y dispuesto a corresponder el amor de su primo. Cuando se retiran a dormir juntos en la era, Alonso sale de su escondite y ataca a Juan con una hoz, matándolo.

Personajes

Juan

Desde el comienzo de la obra, Juan destaca por su carácter galante, característica que atrae a su prima Encarnación y a las demás muchachas del pueblo. Sin embargo, no hace gala de las cualidades que tanto elogian sus amigos y familiares. Su temperamento y firmeza ante las situaciones difíciles se evidencia en su enfrentamiento con Don Augusto. [7]

Encarnación

Encarnación es la prima y aliada de Juan, que a lo largo de la obra llega a destacarse incluso más que Juan en el drama y la lírica. Ella es la protagonista femenina, que a la vez introduce y concluye la obra. Su amor por Juan es tan intenso que llega a rechazar el amor de Tomaso, un hombre honesto, y el poderoso Don Augusto, dueño de su pueblo. [7]

Isabel

Isabel, hija de Don Augusto, es una de las adversarias de Juan junto con su padre y Alonso. Juan intenta con todas sus fuerzas cortejarla, pero ella lo rechaza, por su egoísmo y su desdén hacia quienes no son de su misma clase. Lo único que está dispuesta a hacer es pagarle a Juan para que deje de lado su resentimiento hacia su padre. [7]

Blasa

Blasa es una mujer trabajadora, muy preocupada por el problema de la sequía del pueblo y que entrega méritos propios de su vida campesina a don Augusto. Es también la madre de Juan, de quien intenta defenderlo de todo y de todos. Pero este cariño roza la pasión, pues asegura haber llegado a mirarlo con ojos de amante. Tanto ella como su amiga Antonina se caracterizan por su mutuo cariño hacia Juan y su también mutua rebeldía hacia don Augusto. [7]

Antonina

Antonina presenta varios paralelismos con Blasa ya que es ella quien anuncia que don Augusto y su hija van al pueblo. Antonina está agobiada por un marido borracho que no trabaja, Carmelo, y cinco hijos a los que no puede alimentar. Posee una valentía que se evidencia cuando se enfrenta a su marido, además de mostrar cierta ironía ante don Augusto e Isabel. Además, su relación defensiva con Juan es evidente cuando critica la conducta de Alonso. [7]

Don Augusto

Don Augusto, dueño del pueblo, es el jefe de los opositores de Juan. Su enemistad se basa en razones sociales, odio y cuestiones amorosas (sobre Encarnación). Las razones sociales se refieren a su miedo a que los habitantes del pueblo se unan a Juan para rebelarse contra él, lo que significaría el fin de su gobierno tiránico. En cuanto al odio, Don Augusto no puede perdonar la falta de respeto que se le muestra cuando Juan lo abofetea y lo desobedece. Estos actos por parte de Juan son los que lo llevan a aliarse con Alonso.

En materia amorosa, cabe destacar su enamoramiento romántico por Encarnación, sabiendo que ella está enamorada de su primo Juan. Aunque Don Augusto tiene muchas posesiones, ella se lo niega, lo que añade otro motivo para odiar a Juan. [7]

Alonso

Alonso es un joven campesino que siempre ha envidiado a Juan. En múltiples ocasiones intenta derrotarlo en público, pero siempre sin éxito. Su enemistad, así como la de Don Augusto, se compone de varios motivos. Dentro de los motivos sociales, encontramos que eliminar a Juan significaría para Alonso dar un paso por encima de él, salir de la sombra que proyecta sobre él con su continuo protagonismo. El odio que Alonso siente hacia Juan es el motivo que lo lleva a aliarse con Don Augusto para vengarse.

En cuestiones amorosas, Alonso está enamorado de Luisa, quien está enamorada de Juan. El rechazo de ella, por estar enamorada de Juan, provoca otra herida a su honor, lo que aumenta su deseo de venganza. [7]

Los coros

Coro de mujeres jóvenes

El coro femenino está compuesto por todas las mujeres que dicen estar enamoradas de Juan, conformado por Baltasara, Teresa, Luisa y Rafaela. Las chicas siempre intervienen coralmente para alabar a Juan o para predicar su amor por él. Sin embargo, Luisa y Rafaela desempeñan papeles más importantes en el drama y se destacan sobre las demás. [7]

Coro de jóvenes

El coro de jóvenes está formado por Lázaro, Lorenzo, Roque y Tomaso, quienes son quienes admiran y respetan a Juan, además de ser quienes lo apoyan en cosas que ellos nunca se atreverían a hacer. Se quejan de la dureza de su trabajo y del aumento de impuestos que impone el patrón. Mientras Juan se preocupa por el hambre del pueblo, ellos solo quieren comer y beber en paz. Dentro de este grupo, destaca la figura de Tomaso. [7]

Coro de campesinos

El coro de los trabajadores es muy similar al coro de los jóvenes en su tendencia a ignorar los problemas que afectan al pueblo. Este grupo está formado por Carmelo, Gabriel y Quintín. La diferencia entre los jóvenes y los campesinos es que estos últimos son mayores y, por lo tanto, tienen más experiencia. [7]

Influencias

Lope de Vega , dramaturgo español del siglo XVII, influencia significativa en Miguel Hernández

Esta obra se relaciona con otras obras del Siglo de Oro español , más concretamente con las obras de Lope de Vega, que retratan al villano como alguien que desea defender su honor ante el ataque de cualquiera, los dramas rurales y sociales, y también la postura de dignidad que se presenta entre los diferentes personajes del pueblo. [8]

La influencia de Lope ha sido recordada muchas veces por su lenguaje poético y otros conceptos, aunque también está influido por Calderón de la Barca en menor medida. Un ejemplo de la influencia de Lope es su obra Fuenteovejuna , en la que se da un caso similar, si no igual, al de Don Augusto y Encarnación, donde el señor de la aldea intenta aprovecharse de la campesina y su amante (Juan) se lo impide. [4]

Pero aun así, hay diferencias entre Lope de Vega y Miguel Hernández: [8] por ejemplo, en Lope de Vega se restablece el orden normal, mientras que en la obra de Hernández se concluye con el lamento de Encarnación, que es muy similar al lamento de Melibea en La Celestina de Fernando de Rojas ; además, también hay intenciones diferentes entre ellos. Lope pretende entretener al público, no disciplinarlo ni moralizarlo. [9]

Sin embargo, a partir de la obra en general, se comprueba que la mayor influencia de Miguel Hernández fue Lope de Vega, tanto en la obra como en las influencias de su juventud durante el desarrollo del poeta. Por otra parte, al igual que los demás miembros de la Generación del 27 , Miguel Hernández se sintió atraído poéticamente por Luis de Góngora , el principal miembro del culteranismo español del siglo XVII. [4]

Crítica y recepción

Aunque esta obra fue calificada por varios críticos como la obra más lograda de Miguel Hernández, lo cierto es que no tuvo una influencia destacable. Una de las primeras reseñas que recibió fue la realizada por Ricardo Doménech en 1974; esto quiere decir que en los treinta y cinco años siguientes a su publicación, no destacó como lo hubieran podido hacer otras obras. Sin embargo, desde el momento de su estreno recibió varias críticas positivas como la de Fernando Lázaro Carreter en 1977, cuando dijo que la obra era "el drama teatral más directo de nuestro teatro contemporáneo". Agustín Sánchez Vidal, en 1992, afirmó que "aunque nunca podemos hablar de una obra que sea rotunda... El labrador de más aire tenía un indudable valor literario". [10]

A pesar de que estos ilustres personajes han aclamado la obra, no puede afirmarse que haya tenido un éxito indiscutible, pues el autor era más conocido entre el público como poeta que como dramaturgo, y así lo dice Agustín Sánchez Vidal en otra reseña que hizo de esta obra en 1976: “obra maestra (si no como teatro, sí como poesía)”. Así, la crítica que mejor describe la obra es la que realizó el profesor Díez de Revenga en 1997: “la culminación de una manera de hacer teatro, atada a una determinada tradición literaria, [11] pero presidida también por la originalidad y el impulso de quien fue un poeta genial y quiso ser un gran dramaturgo”. [10]

Véase también

Referencias

  1. «El Labrador de más aire de Lecturalia». Consultado el 4 de mayo de 2009.
  2. ↑ ab «Vida de Miguel Hernández». Archivado desde el original el 24 de diciembre de 2006. Consultado el 6 de mayo de 2009.
  3. «Obra de Federico García Lorca». Archivado desde el original el 15 de diciembre de 2009. Consultado el 13 de septiembre de 2009.
  4. ^ abcd Introducción a El labrador de más aire en su edición de 1997 por Cátedra Letras Hispánicas.
  5. «Ciclos literarios de Miguel Hernández». Archivado desde el original el 19 de enero de 2012. Consultado el 7 de mayo de 2009.
  6. «Argumento por Miguel Pérez Rosado». Consultado el 4 de mayo de 2009.
  7. ^ abcdefghij «Descripción profunda de los personajes». Consultado el 6 de mayo de 2009.
  8. ↑ ab «Influencia de Lope de Vega». Consultado el 6 de mayo de 2009.
  9. ^ Lengua y literatura de 1º Bachillerato; Editorial Oxford Editorial Educación
  10. ^ ab «El teatro Hernandiano». Consultado el 10 de septiembre de 2009.
  11. ^ Refiriéndose a la influencia del modelo teatral ofrecido por Lope de Vega.

Bibliografía