Dos edades: una reseña literaria ( en danés : En literair Anmeldelse af S. Kierkegaard ) es el primer libro dela segunda autoría de Søren Kierkegaard y se publicó el 30 de marzo de 1846. La obra siguió al asunto El corsario , en el que fue objeto de burlas públicas, y en consecuencia muestra su pensamiento sobre "el público" y la relación de un individuo con él.
El libro es una crítica de la novela Dos generaciones (en algunas traducciones, Dos generaciones ) escrita por Thomasine Christine Gyllembourg-Ehrensvärd y analiza "La era de la revolución" y "La era actual". Kierkegaard caracteriza la era de la revolución como "esencialmente apasionada; por lo tanto, no ha anulado el principio de contradicción" y puede volverse buena o mala, y cualquiera que sea el camino elegido, el "ímpetu" de la pasión es tal que la huella de una acción que marca su progreso o su toma de una dirección equivocada debe ser perceptible. Está obligada a tomar una decisión, pero este es nuevamente el factor salvador, porque la decisión es la pequeña palabra mágica que la existencia respeta". [1]
Después de dar su crítica de la historia, Kierkegaard hizo varias observaciones sobre la naturaleza de La época actual y su actitud desapasionada hacia la vida. Kierkegaard escribió que "la época actual es esencialmente una época sensata, desprovista de pasión" [2] y que "la tendencia actual va en la dirección de la igualdad matemática, de modo que en todas las clases aproximadamente tantos y tantos forman uniformemente un individuo". [3] En esto, Kierkegaard ataca la conformidad y la asimilación de los individuos en un público indiferente y abstracto, "la multitud". [4] Aunque Kierkegaard atacó al público, apoyó las comunidades donde los individuos mantienen su diversidad y singularidad. Otro elemento de La época actual es que está marcada por la deliberación indecisa ("reflexión") y la contemplación ("reflexión") de la decadencia de la época en los pensamientos internos de uno.
Sólo cuando el individuo individual haya establecido una postura ética a pesar del mundo entero, sólo entonces podrá hablarse de una verdadera unión; de lo contrario, se convertirá en una unión de personas que por separado son débiles, una unión tan fea y depravada como un matrimonio infantil... Cuando la boca balbucea puras tonterías, es inútil intentar pronunciar un discurso coherente; es mejor considerar cada palabra por sí misma; y lo mismo ocurre con la situación de los individuos.
— Søren Kierkegaard, Dos edades: una revisión literaria en Essential Kierkegaard, en: The Essential Kierkegaard, 2000, pág. 267