Shopworn es una película dramática romántica estadounidense de 1932 dirigida por Nick Grinde y protagonizada por Barbara Stanwyck y Regis Toomey . Escrita por Jo Swerling y Robert Riskin , basada en una historia de Sarah Y. Mason , la película trata sobre una camarera pobre y trabajadora que conoce y se enamora de un estudiante universitario rico. Su madre se opone al sindicato e incrimina a la camarera por un crimen que no cometió. Después de cumplir su condena, la camarera ingresa al mundo del espectáculo y se convierte en una estrella. [1]
La camarera Kitty Lane y el acaudalado David Livingston se enamoran. Sin embargo, la sobreprotectora madre de él, Helen, no está de acuerdo y hace todo lo posible para separarlos. Hace que su amigo, el juez Forbes, intente primero con el soborno; cuando fracasa, él hace que la encarcelen por una falsa acusación de falta de moralidad. Mientras tanto, la señora Livingston convence a su hijo de que Kitty aceptó el soborno de 5000 dólares.
Con el paso de los años, Kitty se convierte en una exitosa corista con numerosos admiradores, mientras que David es médico. Cuando sus caminos se cruzan nuevamente, su amor se reaviva, aunque Kitty se muestra escéptica ante la determinación de David frente a la inquebrantable oposición de su madre. David finalmente la convence de casarse con él.
Alarmada, la señora Livingston va a ver a Kitty. Le ruega que rompa el compromiso, temiendo que la carrera de su hijo se arruine, pero Kitty no se conmueve. Desesperada, la madre angustiada saca un arma. Kitty logra quitársela a la confundida mujer, pero sus súplicas la conmueven. Cuando David aparece, la señora Livingston se esconde mientras Kitty finge que solo aceptó casarse con él para vengarse de su madre. David finalmente se convence, pero luego, una señora Livingston arrepentida le impide irse y confiesa la verdad.
En su reseña para The New York Times , Mordaunt Hall escribió que a pesar de las actuaciones de los actores, la película era "tediosa":
Actores tan capaces como Barbara Stanwyck, Regis Toomey, Clara Blandick y Zassu [sic] Pitts no pueden hacer que sus acciones en esta película resulten convincentes o siquiera ligeramente interesantes. De hecho, ninguno de los personajes implicados consigue suscitar simpatía o antipatía. [1]