Dadeus Grings (nacido el 7 de septiembre de 1936) es un obispo católico romano que actualmente es ordinario de la archidiócesis de Porto Alegre . También se desempeña como rector de la Universidad Católica de Rio Grande do Sul.
Grings fue ordenado sacerdote el 23 de diciembre de 1961. Fue nombrado obispo de São João da Boa Vista el 23 de enero de 1991. Fue nombrado arzobispo coadjutor de Porto Alegre el 12 de abril de 2000, y sucedió en el cargo de arzobispo tras aceptar la renuncia de su predecesor, el difunto arzobispo Altamiro Rossato , C.Ss.R. , el 7 de febrero de 2001. Fue sucedido en algún momento de 2013 por el arzobispo Jaime Spengler .
El arzobispo emérito es autor de 27 libros. [1]
El 4 de mayo de 2010, el arzobispo emérito Grings, al hablar de las acusaciones de pederastia contra sacerdotes, ha suscitado una polémica internacional. Según él, la sociedad en su conjunto es pedófila y los abusos sexuales a niños y adolescentes son más frecuentes entre médicos, profesores y empresarios que entre sacerdotes. El problema, dijo, es que la sociedad actual es pedófila, por lo que la gente cae fácilmente en ella, y el hecho de que se denuncie es una buena señal. En su opinión, se banalizan todas las formas de sexualidad y la adquisición de derechos legales por parte de los homosexuales puede llevar al reconocimiento de los derechos de los pedófilos. Grings afirmó claramente que los abusos sexuales a niños y adolescentes son un delito y deben ser castigados, pero admitió que, si bien la Iglesia adopta medidas internas contra los culpables, le resulta difícil denunciar a sus propios miembros ante la policía. Según él, es injusto presentar la pederastia como un asunto que sólo concierne a la Iglesia, cuando en Alemania se ha comprobado que sólo el 0,2% de los abusos a menores son cometidos por sacerdotes. También afirmó que la homosexualidad es innata en pocos casos y que generalmente resulta de la no superación de una etapa experimental en la adolescencia. [2] Un portavoz de la Conferencia Episcopal se distanció de la observación del Arzobispo de que la sociedad en su conjunto es pedófila, [2] mientras que los medios de comunicación en lengua inglesa malinterpretaron su admisión de que a la Iglesia le resulta difícil denunciar a los sacerdotes ante la policía, como si hubiera dicho que "el castigo interno de los sacerdotes culpables de abusos es suficiente y que la policía no debería intervenir". [3]