El Credo de Jerusalén es una fórmula bautismal utilizada por los primeros cristianos para confesar su fe. Algunos autores (como Philip Schaff ) consideraron que era una de las fuentes del Credo Niceno-Constantinopolitano , redactado en el Primer Concilio de Constantinopla en el año 381 [1] y lo datan en el año 350 d. C.
En la forma original, dada por Cirilo de Jerusalén , dice:
Creo en el Padre, y en el Hijo, y en el Espíritu Santo, y en un solo bautismo de arrepentimiento.
— Catequesis 19, Cirilo de Jerusalén [2]