Dead End Run es una película de 2003 dirigida por el director de cine de culto japonés Gakuryū Ishii , conocido por el llamativo estilo visual característico de Ishii.
La película no tiene mucho argumento, pero está dividida en tres episodios cortos, cada uno de los cuales comienza con un hombre que huye desesperadamente antes de quedar atrapado en un callejón sin salida, donde ocurre algo fuera de lo común. Los episodios incluyen un número musical, un enfrentamiento mexicano y una persecución policial.
El primer episodio comienza con una escena extensa que muestra a un hombre corriendo desesperadamente por un paisaje urbano, antes de llegar a un callejón sin salida en un callejón oscuro. Cuando escucha pasos que se acercan, ataca a su presunto perseguidor con una barra de metal. Se sorprende al descubrir que en realidad ha matado a una mujer joven.
Sin embargo, la mujer vuelve a la vida y canta y baila con el hombre al estilo de una película musical , contándole que estaban destinados a encontrarse y lo trágico que es que su amor tenga que ser tan breve. Una vez más, ella muere y, mientras el hombre llora su cuerpo, su perseguidor aparece y le dispara. Los cuerpos del hombre y la mujer yacen uno al lado del otro en la pista.
El segundo episodio también comienza con un hombre que huye y queda atrapado en un callejón sin salida, donde se ve involucrado en un prolongado enfrentamiento mexicano con otro hombre. La escena se intercala con un enfrentamiento similar que involucra a dos hombres armados diferentes en el mismo lugar. Ambos enfrentamientos terminan con los dos protagonistas riéndose de su situación y entablando un amistoso abrazo, antes de intentar dispararle al otro hombre. Todos los hombres reciben heridas de bala y mueren, sus cuerpos caen en posiciones similares a la pareja del primer episodio de la película.
El tercer episodio comienza con tres agentes de policía persiguiendo a un sospechoso. El sospechoso huye a lo alto de un edificio alto, donde está sentada una mujer joven. El borde del tejado es, en efecto, un callejón sin salida. El sospechoso toma a la mujer como rehén. Después de un enfrentamiento, ella consigue coger el arma del sospechoso y, para sorpresa de todos, se apunta a la cabeza, amenazando con suicidarse. Cuando el sospechoso intenta quitarle el arma de la mano, caen juntos del tejado. Aunque esperan morir, en realidad aterrizan en un camión que transporta un cargamento de plumas. El episodio termina con la pareja tumbada junta en una posición física similar a las parejas de los episodios anteriores, excepto que esta vez ambos personajes siguen vivos.