Cómo robar un perro es un libro escrito por Barbara O'Connor . Fue escrito en 2007 y también tiene una adaptación cinematográfica en 2014. [ 1]
Georgina Hayes, su hermano Toby y sus padres vivieron felices en un apartamento en Darby, Carolina del Norte , hasta que su padre abandonó a su familia. Sus ingresos limitados hicieron que Georgina y su familia fueran desalojados del apartamento y, desde entonces, han vivido en su automóvil y en la pobreza. Su rendimiento escolar y su vida social se vieron afectados por esto, pero ella no le contó a nadie sobre la circunstancia. Se lo contó a su mejor amiga Luanne Godfrey y la insta a mantenerlo en secreto, pero pronto encontró una manera de obtener dinero y un nuevo lugar para vivir después de ver una recompensa por un perro perdido: robar uno, "devolverlo" y reclamar el dinero de la recompensa, que espera que sean quinientos dólares. A lo largo de la novela, Georgina también escribe reglas no oficiales sobre el robo de perros en su cuaderno, como darle agua, comida y refugio al perro.
Después de recorrer el vecindario en busca de perros adecuados para robar, Georgina y Toby encuentran a un perro llamado Willy, que cumple con varios criterios de sus reglas. También supone que Carmella es rica debido al exterior de su casa, y que el apellido del sujeto está en la calle en la que viven los hermanos.
La madre de Georgina consigue una casa abandonada como hogar temporal, lo que casi hace que Georgina abandone su plan, pero está tan deteriorada que recupera la confianza. Más tarde, la casa es tapiada porque resulta que el propietario no quería que nadie estuviera allí.
Finalmente, Georgina y Toby roban a Willy juntos y lo esconden en la casa abandonada. El plan funciona con algunas inconsistencias, pero Georgina comienza a sentirse culpable por sus acciones, y un viajero llamado Mookie comienza a sospechar del perro y su relación con Georgina.
Además de esto, cuando Georgina se hace amiga de Carmella, se da cuenta de que esta última pertenece a la clase media baja: la casa y la calle pertenecían a su abuelo fallecido, quien vendió las propiedades y dejó a Willy para Carmella. Carmella también intenta pedir dinero prestado a su hermana y a su tío para ofrecer una recompensa mayor por el regreso de Willy, lo que empeora la culpa.
Georgina finalmente se da cuenta de que lo que hizo estuvo bien y también mal, y decide devolver a Willy sin el dinero de la recompensa. Le confiesa a Carmella lo que hizo, pero es perdonada y las dos siguen siendo amigas. También se revela que Mookie sabía que Willy había sido robado desde el principio debido a que encontró su collar, lo que deja a Georgina confundida sobre por qué él era amigable con ella.
Pasaron tres días y la madre de Georgina y Toby les anunció que ahora vivirían en una casa con una amiga en común, Louise. Georgina estaba encantada de no tener que vivir más en un auto y se mudaron.
Georgina, feliz y con ganas de mejorar su vida, actualiza su reglamento una vez más para aclarar que robar un perro no es una buena idea. La novela termina con ella oliendo el aire de la noche en lugar del interior de su coche, diciendo que "no huele nada".