« Botas » es un poema del autor y poeta inglés Rudyard Kipling (1865-1936). Fue publicado por primera vez en 1903, en su colección Las cinco naciones . [1]
"Boots" imagina los pensamientos repetitivos de un soldado de infantería del ejército británico que marchaba a marchas forzadas en Sudáfrica durante la Segunda Guerra de los Bóers (que había terminado en 1902). Se ha dicho que si se leen las primeras cuatro palabras de cada línea a un ritmo de dos palabras por segundo, se obtiene el ritmo al que estaba acostumbrado a marchar el soldado de infantería británico. [2]
El poema fue musicalizado para voz masculina grave y orquesta por "PJ McCall", y grabado en 1929 por el bajo-barítono australiano Peter Dawson . McCall era Dawson y publicaba bajo un seudónimo. Esa versión fue grabada pronto por otros cantantes, pero parece que pasó de moda en gran medida; tal vez a causa de la Segunda Guerra Mundial.
El poeta británico nacido en Estados Unidos TS Eliot incluyó el poema en su antología de 1941 A Choice of Kipling's Verse . [3]
La grabación hablada de 1915 de Taylor Holmes recitando el poema se ha utilizado por su efecto psicológico en las escuelas SERE militares de EE. UU. [4]
Vamos a pie, a paso lento, a paso lento, a paso lento sobre África. A pie, a pie, a pie, a paso lento sobre África.
(Botas, botas, botas, botas, ¡subiendo y bajando otra vez!)
¡En la guerra no hay licencia!
Siete, seis, once, cinco, veintinueve millas hoy... Cuatro, once, diecisiete, treinta y dos el día anterior...
(Botas, botas, botas, botas, ¡subiendo y bajando otra vez!)
¡En la guerra no hay licencia!
No... no... no... no mires lo que tienes delante.
(Botas—botas—botas—botas—subiendo y bajando otra vez);
Los hombres, los hombres, los hombres, los hombres se vuelven locos viéndolos,
¡Y en la guerra no hay baja!
Cuenta, cuenta, cuenta, cuenta las balas en las bandoleras.
Si tus ojos caen, ¡se te subirán encima!
(Botas, botas, botas, botas, subiendo y bajando de nuevo)
¡En la guerra no hay licencia!
Podemos soportar el hambre, la sed y el cansancio.
Pero no, no, no, no la visión crónica de ellos, botas, botas, botas, subiendo y bajando otra vez,
¡Y en la guerra no hay baja!
'Corrosión—tan—mala—durante—día debido a la compañía,
Pero la noche trae largas cadenas de cuarenta mil millones
Botas, botas, botas, botas, subiendo y bajando otra vez.
¡En la guerra no hay licencia!
He marchado seis semanas en Ell y certifico
No es fuego, demonios, oscuridad ni nada.
Pero botas, botas, botas, botas, subiendo y bajando otra vez,
¡Y en la guerra no hay baja!
Intenta, intenta, intenta, intenta pensar en algo diferente. ¡Oh, Dios mío, líbrame de volverme loco!
(Botas, botas, botas, botas, ¡subiendo y bajando otra vez!)
¡En la guerra no hay licencia!