La Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es la biblioteca principal del Campus Ciudad Universitaria . [1] Alberga una de las colecciones más grandes de México . Cuenta con un enfoque multidisciplinario para todas las carreras universitarias de las facultades adyacentes.
El edificio está cubierto por el mural de mosaico Representación Histórica de la Cultura, creado por el artista mexicano Juan O'Gorman . Su singular obra maestra se ha convertido en el edificio más emblemático de la UNAM. En julio de 2007, la UNESCO proclamó a la Biblioteca Central, junto con el Campus Central de la Ciudad Universitaria, como Patrimonio de la Humanidad .
La Biblioteca Central alberga algunas de las oficinas administrativas de la Dirección General de Bibliotecas de la UNAM . La biblioteca abrió sus puertas a los usuarios el 5 de abril de 1956.
Después de 25 años, sufrió su primera remodelación (1981-1983), cambiando de estanterías cerradas a abiertas.
En 2017 la Biblioteca Central cuenta con 1,445,118 volúmenes, entre los que se incluyen: 589,418 libros; 323,452 números de revistas y periódicos; 9 suscripciones a periódicos mexicanos; 2,687 folletos y 8,616 CD multimedia. También cuenta con 520,936 tesis, de las cuales 299,057 están disponibles para acceso en texto completo en línea.
La Biblioteca Central ofrece los siguientes servicios:
El horario de servicio es de lunes a domingo, de 8:30 a 21:30 horas, incluidos festivos.
La Biblioteca Central tiene una superficie de 16 mil metros cuadrados y está construida sobre una plataforma a tres metros del suelo. En la base del edificio se colocaron dos fuentes de basalto y relieves decorativos inspirados en el arte prehispánico. El color de la piedra en estos elementos está a la vista, lo que se hizo para aprovechar la textura de la piedra como elemento estético y expresivo y dar una sensación de continuidad al pavimento exterior.
El proyecto incluyó diez pisos sin ventanas para el resguardo de libros, cada uno con espacio suficiente para 120 mil volúmenes. Estas áreas de resguardo cuentan con las condiciones de iluminación, temperatura y humedad necesarias para la conservación de los libros. En la sala de lectura, flanqueada por un jardín a cada lado, la luz difusa y mate se filtra a través de delgadas losas de piedra tecali. Las áreas de servicio de una biblioteca de tales proporciones se ubicaron en el semisótano del edificio.
Las fachadas fueron revestidas con piedras naturales de colores que dieron forma al mural titulado Representación Histórica de la Cultura . El mural, uno de los más grandes del mundo, está realizado con mosaicos de 12 colores que, al ser vistos desde la distancia, producen diversas tonalidades.
Los murales exteriores están construidos en su totalidad con losetas de piedra, las cuales fueron traídas de diferentes lugares de México y clasificadas por color antes de su colocación. Los colores que se ven en el mural son los colores naturales de las losetas, no pintura, que O'Gorman eligió para crear una obra de arte que perdurara con el paso del tiempo en un entorno al aire libre. [2]
La idea de los murales fue propuesta por O’Gorman a Carlos Lazo (Gerente del proyecto Ciudad Universitaria ). Lazo estaba muy entusiasmado, sobre todo por la idea de hacer un mural hecho únicamente con miles de azulejos de colores, algo que nunca se había hecho a esa escala.
Según el artista, en cada uno de los cuatro muros que conforman la superficie del mosaico, representó tres facetas históricas fundamentales de la cultura mexicana: la época prehispánica, la más antigua; la época colonial española, y la época moderna como resultado de los dos periodos anteriores.
Este muro corresponde a la época prehispánica y pone en juego la dualidad vida-muerte. En este muro predominan los elementos míticos. En el lado izquierdo del eje principal, separado en tres planos diferentes, podemos ver deidades y escenas pertenecientes al principio creador de la vida: en la esquina superior se encuentra el Sol, enmarcado por Quetzalcóatl en forma de serpiente; debajo de éste, emerge la figura de Tláloc portando una estera a la espalda; el cuerpo se complementa con Huitzilopochtli sosteniendo un escudo y la Xiucoatl, la preciosa serpiente . En el cuerpo central, vemos a Tlazoltéotl, la diosa de la tierra, rodeada por el águila, atributo solar, y por el jaguar, símbolo de la noche. En el interior de un templo en éste se encuentra Teccistecatl, deidad masculina asociada a la Luna y a la fertilidad. En la parte inferior de este muro se encuentra una ceremonia ritual de carácter propiciatorio, en la que se enfatiza el significado sagrado de la guerra. El lado derecho del mural representa la antítesis de la vida: el mundo del misterio, el del lado oscuro de las cosas, del mal y de la muerte. Aquí podemos percibir la serpiente de Quetzalcóatl dibujada a base de chalchihuitls (piedras similares al jade) y conchas; debajo de la serpiente se puede contemplar la imagen de Chalchiutlicue, diosa del agua, y frente a ella se encuentra una hoguera donde se está sacrificando a su hijo para dar a luz a la Luna; además de esta escena, encontramos a Tezcatlipoca, principio creador y señor de los hechiceros, acompañado de una calavera. El centro de esta parte del muro está dominado por la representación dual de Mictlantecuhtli-Quetzalcóatl, en la zona inferior encontramos imágenes de guerreros junto con prisioneros de guerra que complementan el capítulo relacionado con los sacrificios humanos.
El eje vertical de la composición muestra a Tonatiuh como la fuente primigenia del ciclo de la vida cuya permanencia está garantizada por los sacrificios de hombres y dioses. En esta parte del mural se percibe una elipse en blanco y negro dividida en dos, cuya composición formal se basa en la creencia cosmogónica mexica de que la forma del universo está compuesta por dos elipses unidas. En ésta se encuentran glifos de Tláloc relacionados con el tonalpohualli, el calendario ritual más importante del pueblo mexica. Dicho calendario era el centro de sus celebraciones y de sus cálculos astronómicos. El broche de oro de este lado del mural es una imagen del mito de la fundación de la ciudad de México-Tenochtitlan.