Bajo Cinca ( español: [ˈbaxo ˈθiŋka] ) o Baix Cinca ( catalán: [ˈbaʃ ˈsiŋka] ; [1] aragonés : Cinca Baxa , [ˈθiŋka ˈβajʃa] ) es una comarca del este de Aragón , España . Lleva el nombre del río Cinca .
Esta comarca está situada en el extremo sureste de la provincia de Huesca . La capital administrativa es Fraga , con 13.592 habitantes la ciudad más grande de la comarca.
El Bajo Cinca/Baix Cinca limita con La Litera/La Llitera , Cinca Medio , Monegros y Bajo Aragón-Caspe/Baix Aragó-Casp en Aragón y con Segrià y Ribera d'Ebre en Cataluña . Aproximadamente la mitad de la comarca, incluidas las dos localidades más grandes (Fraga y Mequinenza), pertenece a la franja de habla catalana del este de Aragón conocida como La Franja ; Algunos términos municipales del Bajo Cinca/Baix Cinca forman parte de la comarca histórica del Bajo Aragón . [ cita necesaria ]
La comarca comprende los municipios de Ballobar (Vallobar), Belver de Cinca (Bellver de Cinca), Candasnos , Chalamera (Xalamera), Fraga , Mequinenza (Mequinensa), Ontiñena (Ontinyena), Osso de Cinca (Ossó de Cinca), Torrente de Cinca (Torrent de Cinca), Velilla de Cinca (Vilella de Cinca) y Zaidín (Saidí). Los 11 municipios que lo componen son de la provincia de Huesca , a excepción de Mequinenza que pertenece a Zaragoza .
El Bajo/Baix Cinca limita al este con la Comunidad Autónoma de Cataluña , al norte con la Comarca del Cinca Medio y la Litera , al oeste con los Monegros y al sur con el Bajo Aragón .
La comarca se asienta sobre el tramo final del río Cinca, en el centro de la Depresión Media del Ebro, entre las provincias de Zaragoza, Huesca y Lérida. El río Cinca, eje histórico y cultural, divide la comarca de forma asimétrica y aglutina la práctica totalidad de los pueblos, excepto Candasnos.
Su geografía se caracteriza por el contraste entre las fértiles riberas del Ebro, Cinca y Segre y las tierras áridas que se extienden fuera de los valles. En los últimos años también se ha desarrollado el regadío en las zonas de secano, de modo que el paisaje se ha modificado ligeramente para adaptarlo a las necesidades agrícolas.
Su relieve ha sido el resultado de miles de años de trabajo en el río Cinca que, con el devenir de los años, fue excavando su cauce formando grandes y desiguales terrazas a ambas márgenes de su cauce, que históricamente se han convertido en fértiles huertas.
El paisaje es un auténtico patrimonio natural que los habitantes del Bajo/Baix Cinca se comprometen a conservar. El impresionante contraste entre las riberas fluviales repletas de verdor y las tierras áridas de los Monegros ofrece una variedad de ecosistemas inigualable. Se puede encontrar desde una fauna y una flora con características propias de las estepas y desiertos hasta la enorme riqueza ornitológica que abunda en las riberas de los ríos. De especial importancia natural es el conocido como Aiguabarreig (“mezcla de aguas” en catalán) que se forma en el tramo final de la confluencia de los ríos Cinca, Segre y Ebro en Mequinenza.
El clima es continental con escasas precipitaciones, hecho que condiciona la vegetación de la zona. Los meses más cálidos son julio y agosto, cuando la temperatura puede alcanzar los 35 °C o en ocasiones hasta los 40 °C. Por otro lado, en los meses fríos de diciembre y enero las temperaturas oscilan entre los 0 °C y los -5 °C. La comarca recibe el viento frío y seco llamado cierzo que desciende por el valle del Ebro.
La pluviosidad media oscila entre 300 y 400 mm, distribuida de forma muy irregular a lo largo del año, siendo habituales los periodos prolongados de sequía.
La transformación socioeconómica vivida en España en la década de 1960 provocó territorialmente una doble corriente emigratoria: desde las zonas del interior hacia la periferia y desde el campo hacia los centros urbanos. Para la comarca del Bajo/Baix Cinca, como para otras zonas de Aragón, supuso una fuerte despoblación de sus núcleos rurales y la concentración de una parte de la población en la capital de la región.
La población de la comarca representa el 11,03% del total de la provincia de Huesca. La proporción entre hombres y mujeres es bastante homogénea. Fraga es donde se concentra la mayor parte de la población, seguida de Mequinenza con casi el 9,64% del total de la comarca. Todos los municipios presentan un descenso histórico a excepción de Fraga.
La comarca del Bajo/Baix Cinca es una de las comarcas más dinámicas de Aragón , impulsada principalmente por el sector agrario. El porcentaje de población ocupada en la agricultura respecto al total es del 25,5%, creando un importante valor añadido en el sector de la fruta dulce. El Bajo/Baix Cinca es la comarca aragonesa con más hectáreas cultivadas en este sector. El Bajo/Baix Cinca ha sido siempre una zona agrícola por dos motivos fundamentales: el primero porque tradicionalmente y culturalmente ha estado asociada al campo y el segundo por el factor climatológico y el bajo índice de pluviosidad. Se trata de un sector muy importante con un considerable incremento de la producción debido a la modernización de las explotaciones agrarias y al aumento de la superficie regable de Mequinenza, llegando a superar las 3.000 hectáreas. Mequinenza se ha convertido en un motor comarcal que lidera este sector dedicado principalmente al melocotón, la cereza, el olivo y el almendro.
La industria del Bajo/Baix Cinca se basa fundamentalmente en actividades industriales. El sector agroalimentario cuenta con un elevado porcentaje de empresas, siendo muy significativo su protagonismo en relación al empleo directo e indirecto. El sector servicios también tiene relevancia para la economía de la zona, representando la segunda fuente de ingresos para la población, con especial importancia del sector turístico en zonas como Mequinenza que cuentan con numerosas empresas de turismo activo, pesca deportiva y turismo cultural que atraen a visitantes tanto nacionales como internacionales durante todo el año.
Históricamente, el sector de producción de energía se ha concentrado también en Mequinenza. Inicialmente, en la década de 1850, con la extracción de carbón de la cuenca carbonífera de Mequinenza durante más de 150 años y, posteriormente, con la construcción de los embalses hidroeléctricos de Mequinenza (también conocido como "Mar de Aragón") y Riba-roja.
La Comarca del Bajo/Baix Cinca se encuentra situada en una posición privilegiada y estratégica que la ha convertido en lugar de encuentro de civilizaciones, culturas y lenguas. Está atravesada por el río Cinca, al que debe su nombre, río que recibe las aguas del Alcanadre y finalmente se une al río Segre que acaba depositando sus aguas en el río Ebro en Mequinenza.
La comarca atesora numerosos vestigios de poblados prehistóricos (como los yacimientos arqueológicos de Castellets o Riols en Mequinenza), íberos, iberorromanos, romanos (como Villa Fortunatus en Fraga), visigodos, árabes, judíos y cristianos. El resultado es una mezcla de arte románico, gótico y mudéjar que invade el patrimonio de una comarca milenaria.
Están declarados Bien de Interés Cultural con categoría de zona arqueológica: Villa Fortunatus y El Pilaret de Santa Quiteria en Fraga, Mas de Fayonet I, Vallbufandes, Valmayor I, Valmayor IV en Mequinenza, y El castellazo en Ballobar . En la categoría de monumento se encuentran la Torre de los Frailes, la Torre del Pilaret de Santa Quiteria y la iglesia de San Miguel en Fraga, la Cruz de Escarpe y el Castillo de Mequinenza en Mequinenza, el castillo de Zaidín, la Ermita de Santa María en Chalamera y el Castillo de Torrente de Cinca. Además, la comarca cuenta con tres museos en Mequinenza (agrupados en Museos de Mequinenza) y dos ubicados en Fraga como la Casa Museo de Salvador Sabaté y el Palacio de Montcada.
El castillo se alza al borde de un gran acantilado que domina la confluencia de los ríos Ebro, Segre y Cinca. Su planta es un cuadrilátero irregular con siete torres rectangulares excepto una que es pentagonal. Dos torres flanquean la pequeña puerta de medio punto protegida por un pórtico. Pocas fortalezas tendrán una mejor ubicación que ésta, contemplando un extenso e impresionante paisaje sobre la confluencia de los tres ríos y sus tierras circundantes hasta alcanzar los Pirineos en el horizonte. La noble familia de los Moncada, señores de la baronía de Mequinenza, eligió este nido de águila para crear una fortificación de castillo-palacio. El edificio es una auténtica obra maestra, de lo mejor que el arte gótico legó a la Corona de Aragón. Está datado en los siglos XIV y XV.
En un principio, posiblemente se trataba de una fortaleza árabe construida por la tribu bereber de los Miknasa hacia el siglo XII. La tribu creó la localidad y también le dio nombre. Con la reconquista recayó en Ramón Berenguer IV . Tras ser posesión de la corona, pasó a manos de la familia noble de los Moncada. Uno de los grandes asedios del castillo tuvo lugar durante la Guerra de la Independencia cuando fue conquistado por las tropas napoleónicas francesas del mariscal Suchet; perteneció al gobierno francés hasta 1814. "Mequinenza" fue inscrito en grandes letras en una de las columnas exteriores del Arco del Triunfo de París para conmemorar una de las grandes victorias francesas en la península Ibérica.
Actualmente el castillo es de titularidad privada de la Fundación ENDESA. Para visitarlo es necesario solicitarlo previamente en la Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Mequinenza. Se realizan visitas guiadas gratuitas los martes por la mañana previa petición.
En los Museos de Mequinenza es posible recorrer una galería minera subterránea de carbón con más de 1000 metros en el Museo de la Mina, recorrer la historia de la población hasta la desaparición del casco antiguo bajo las aguas del río Ebro en el Museo de Historia o descubrir cómo era la Prehistoria en el Museo del Pasado Prehistórico. Inaugurados en 2010, están ubicados en el antiguo Grupo Escolar María Quintana, las antiguas escuelas de la localidad construidas en 1929.
El casco antiguo de Mequinenza estaba situado en la margen izquierda del río Ebro, justo en el punto donde confluyen las aguas del Segre y del Cinca. Fue derribado casi en su totalidad durante la construcción del embalse de Ribarroja. Constituía un núcleo urbano con características de las localidades del tramo bajo del Ebro, con una trama urbana que se remonta a la época musulmana.
Con el franquismo y la llegada de la empresa ENHER y la construcción de las presas de Mequinenza y Riba-roja, la vida cambió para el casco antiguo de la ribera del Ebro. Las industrias comenzaron a cerrar debido al importante aumento del nivel de las aguas y la población empezó a reclamar alternativas a la inundación del núcleo urbano. Se inició así un éxodo de los habitantes de Mequinenza que tuvieron que abandonar sus hogares para trasladarse a una nueva población.
Parte de la antigua población de Mequinenza se puede visitar hoy en día porque se ha convertido en un gran parque de la memoria al aire libre. De las runas se han recuperado los trazados originales de las calles y casas que se encontraban por encima del nivel del agua. La antigua Mequinenza, la “Ciudad Vieja”, es una invitación a pasear por la memoria de sus calles y callejuelas, a redescubrir parte de la antigua Iglesia, a imaginar los viejos muelles y a conocer mil historias, curiosidades y leyendas de una milenaria e histórica villa de navegantes y mineros a orillas del río Ebro.
Mequinenza es también un lugar de referencia para los amantes de la literatura. Jesús Moncada , el escritor mequinenciano más universal, convirtió la antigua villa en escenario principal de las numerosas historias personales que narra en sus libros. Su novela Camí de Sirga fue traducida a más de 20 idiomas (entre ellos japonés, sueco y vietnamita). Es una amalgama de personajes e historias de la antigua Mequinenza y de su trágica desaparición.
Está considerado uno de los autores en lengua catalana más importantes de su tiempo. Recibió diversos premios por toda su obra, entre ellos el Premio Ciudad de Barcelona o el Premio Nacional de la Crítica en 1989 por "Camí de sirga" o la Creu de Sant Jordi concedida por la Generalitat de Cataluña en 2001. En 2004 recibió el Premio de las Letras Aragonesas.
Ramón José Sender Garcés fue un novelista, ensayista y periodista español nacido en Chalamera en 1901. Varias de sus obras fueron traducidas al inglés por el distinguido zoólogo Sir Peter Chalmers Mitchell, entre ellas "Siete domingos rojos", "Mr Witt en el cantón" y "Contraataque".
La comarca del Bajo/Baix Cinca es bilingüe. Los municipios de Mequinenza, Torrente de Cinca , Velilla de Cinca y Zaidín son mayoritariamente catalanohablantes mientras que Fraga aglutina un porcentaje similar de población catalanohablante y castellanohablante. Los municipios de Ballobar , Belver de Cinca , Candasnos , Chalamera , Ontiñena y Osso de Cinca son hispanohablantes.
Más del 80% de los habitantes del Bajo/Baix Cinca hablan catalán occidental. Las sucesivas civilizaciones que pasaron a lo largo de la historia por este territorio dejaron su cultura y también su lengua. En este sentido, el catalán desembarcó en este territorio en la época de la Reconquista iniciada por Ramón Berenguer IV que repobló esta comarca con gentes procedentes de la Ribagorza, el Pallars y el Urgel. La lengua ha llegado hasta la actualidad en su variante oral. La mayoría de sus habitantes son bilingües en castellano -la lengua en la que se recibe toda la enseñanza primaria y secundaria- y también en catalán.
La Declaración de Mequinenza (en catalán, Declaració de Mequinensa) es un documento firmado el 1 de febrero de 1984 en Mequinenza (Bajo / Baix Cinca, Aragón, España) por los alcaldes de 17 municipios de la zona catalanoparlante aragonesa junto con José Bada Paniello (entonces consejero de Cultura del Gobierno de Aragón). A raíz de la declaración, y dando cumplimiento a una de las propuestas contenidas en la misma, el 1 de octubre de 1985 se firmaría y publicaría en el Boletín Oficial de Aragón un convenio entre el Gobierno de Aragón y el Ministerio de Educación y Ciencia para la enseñanza de la lengua catalana como asignatura voluntaria y evaluable en los centros educativos de la zona.
Las plantas dominantes en la región son especies mediterráneas adaptadas a la sequía y a las duras condiciones climatológicas. Son plantas poco exigentes, de gran amplitud geológica como el pino carrasco, la coscoja, el romero o el tomillo. La fauna está ligada a las zonas esteparias, de ribera y desérticas de los Monegros. El galápago, el lagarto ocelado o la culebra meridional son las principales en cuanto a anfibios y reptiles. Entre los mamíferos destacan los erizos, roedores y murciélagos que conviven junto a zorros, conejos y ciervos. El Bajo/Baix Cinca cuenta con seis Zonas de Especial Protección para las Aves: El Basal, Las Menorcas y Llanos de Cardiel; el Pas y Embalse de Santa Rita; La Retuerta y las Saladas; el Aiguabarreig en Mequinenza y la Sierra de Alcubierre y Valcuerna, Serreta Negra y Liberola. En estos lugares es posible observar aves como los buitres, águilas perdiceras, avutardas y garzas reales.
Una de las especies más peculiares que se pueden encontrar en Mequinenza es el siluro, que se ha convertido en su mayor hábitat en España. Mequinenza se ha convertido en un lugar de referencia internacional para aficionados a la pesca de toda España y del extranjero (principalmente alemanes, franceses, ingleses, estadounidenses y japoneses), dispuestos a enfrentarse a un pez cuyas características ya lo han convertido en mítico, consiguiendo capturas de 250 centímetros y más de cien kilogramos de peso. También se pueden encontrar otras especies como la carpa común, la lucioperca, el blackbass o el albornoz. En el embalse de Mequinenza se celebran cada año unas 30 competiciones de pesca deportiva.
Mequinenza cuenta con un campo de regatas considerado uno de los mejores de España por su excelente accesibilidad, su lámina de agua estable y sus instalaciones deportivas a orillas del embalse. En las tranquilas aguas de su embalse es posible practicar numerosos deportes. Los equipos de remo de Oxford y Cambridge, y otros equipos nacionales de remo, eligen Mequinenza como lugar para realizar sus etapas de preparación.
Mequinenza es la localidad que registra un mayor número de empresas de turismo activo y aventura de la provincia de Zaragoza y la quinta a nivel de Aragón. Las empresas de turismo activo y aventura se identifican con un logotipo que representa una rosa de los vientos sobre fondo amarillo y la firma otorgada por el Gobierno de Aragón. Se trata de garantizar a los visitantes ofreciendo estándares de calidad, algo que en el caso de Mequinenza se valora muy positivamente, hecho que ha convertido a la localidad en un referente de la pesca en Europa y en el destino preferente de muchos pescadores internacionales.
El Bajo/Baix Cinca es una zona de huertas, donde abunda la fruta fresca y los frutos secos de calidad, algo que se recoge en postres tradicionales como elmostillo, los farinosos, las empanadillas de calabaza, el coc de Fraga o los higos secos. La huerta y el ganado ovino también son básicos en los platos de la zona con especial importancia en las carnes de caza como el conejo, la liebre, la perdiz, el jabalí y el ciervo.
El Bajo/Baix Cinca ofrece un espacio singular para la viticultura que se puede encontrar al norte de la comarca, concretamente en el municipio de Belver de Cinca. Otro de los ingredientes históricos y con mayor tradición de la comarca son los aceites de oliva de la variedad arbequina (de sabor suave, aromático, y con toques afrutados) y empeltre (de sabor suave y dulce, menos intenso que el de la variedad arbequina). Varias empresas de la zona han sido premiadas en numerosos concursos nacionales e internacionales. Históricamente, los árabes denominaban al curso bajo del río Cinca como “río de los olivos” (“Nahr al-Zaytún”) término que quedó incorporado en los topónimos de algunas localidades como Mequinenza, entonces conocida como Miknasa al-Zaytun.
La cereza de Mequinenza es especialmente apreciada ya que la zona ofrece un microclima que permite obtener las primeras producciones de cerezas en campo abierto de toda Europa ofreciendo cerezas con cualidades organolépticas excepcionales tanto en dureza y color como en dulzor. Las variedades más tempranas se destinan al mercado internacional del centro y norte de Europa, a los Emiratos o incluso a Asia. Asimismo, también se pueden encontrar variedades de melocotón, nectarina, uva, paraguaya o platerina.
El Bajo/Baix Cinca es una tierra de frontera donde perviven numerosas tradiciones que viven en pleno auge. Las Fiestas Mayores de cada municipio, se convierten en uno de los grandes ejes festivos aunque las fiestas se reparten a lo largo del año. En Fraga es típica la figura de “les de faldetes”, festividad que rinde homenaje a esta vestimenta típica de la localidad bajocinqueña así como la ofrenda a la Virgen del Pilar. En el resto de municipios también se celebran celebraciones como las fiestas de San Roque en Ballobar, las procesiones de Semana Santa de Belver de Cinca, el reparto de la rosqueta en Candasnos, los Lunes de Pascua o la romería a la ermita de San Marcos. en Chalamera, las fiestas de Santa Agatoclia de Mequinenza, las fiestas de Santa Reliquia en Ontiñena, la concentración ecuestre del Bajo/Baix Cinca en el mes de junio en Osso de Cinca, la verbena de San Juan en Torrente de Cinca, las fiestas de San Lorenzo en Velilla de Cinca o las fiestas de la Virgen de la Asunción en Zaidín.
Las Fiestas de San Blas y Santa Águeda que se celebran en Mequinenza (Zaragoza) el primer fin de semana de febrero fueron declaradas en 2018 como Fiesta de Interés Turístico de Aragón con código FITA Número 844.